A medida que la ciudad fue creciendo en tamaño, la muralla quedaba inmersa en la población y las nuevas puertas se iban trasladando.
Se encontraba situada cerca del Casa-Matadero y por ella circulaban numerosas reses dedicadas al sacrificio y destinadas finalmente al abasto de carne (ubicados en un cerro denominado Rastro).
Este primer proyecto no llegaría a ejecutarse puesto que, tras la expulsión de José Bonaparte, las autoridades municipales encargaron un nuevo diseño al arquitecto Antonio López Aguado, que proyectó la puerta como un arco triunfal dedicado al restaurado Fernando VII.
Cuando este rey abolió la citada constitución mandó desenterrar el texto constitucional.
Esta situación cambió por completo cuando a comienzos del siglo XX se creó el Matadero de Legazpi.
Se instala en 1848 la Fábrica de Gas (conocida popularmente como el Gasómetro) en sus cercanías.
Las restauraciones realizadas por el Ayuntamiento de Madrid en 1995 permiten que recobre parte del aspecto original.
La construcción de un túnel subterráneo bajo la puerta ha originado que el terreno donde se asienta haya cedido ligeramente y que el arco central esté deformado, aunque de manera apenas perceptible.
Está conformada su estructura con bloques de granito y los elementos decorativos con piedra caliza berroqueña.
Los trofeos militares que miran al sur, aparecen en diferentes disposiciones.