Al ser capturado por mandato del rey Fernando VII en la frontera franco-española fue recluido en Barcelona como revolucionario, y se le computarían varios años de prisión pero luego fue conmutada por el exilio, por lo cual, se radicó definitivamente en el Estado uruguayo, en donde fundó diversas empresas y dejaría una ilustre descendencia.1822),[3] ya citada por haberse casado con un primo,[2] Alejandrina y Federico Nin Alagón.[7] Como buen hombre de negocios se dedicó a fundar empresas y logró reunir un fuerte capital que invirtió en comprar un barco al que llamó El Federico.[10] Con estos acontecimientos que se convertirían en el antecedente de las futuras Guerras Carlistas, Alberto Nin y Soler quien fuera un convencido liberal español, y su familia se mudaron al Reino de Francia, específicamente a Marsella.[10] Como la política catalana estaba en su punto crítico, decidió invertir en su ideales, dejándose llevar por la revolución de 1830 que empezó en Francia y se fue propagando por toda Europa.[11] Al pasar los revolucionarios por la frontera hispano-francesa fueron capturados por mandato del rey Fernando VII y de esta forma quedó recluido en el castillo de Montjuic de Barcelona,[11] por lo cual se le computarían varios años de prisión pero no por insurrección y portación de armas sino por editar un libro sedicioso en Marsella que tradujo él mismo del inglés al castellano y en el cual figura su nombre como autor y editor, titulado: "La moral aplicada a la política" que sería de autoría del germano-estadounidense Francis Lieber (Berlín, Reino de Prusia, 1798 – Nueva York, 1872).[10] Curiosamente luego de que su esposa Benita Reyes pidiera clemencia por él, la pena fue conmutada al poco tiempo por el exilio, pudiendo regresar a Marsella pero al encontrar su empresa quebrada, empacó todo en su barco El Federico y regresaría hacia 1831 con su familia a Sudamérica, en donde se radicaba definitivamente en Montevideo, la capital del incipiente Estado uruguayo, a donde en 1832 su esposa nuevamente concibiera por quinta vez, a la cual llamaron Leopoldina.[11] Actuó en proyectos de minería, ingeniería y navegación.