La educación de Alicia fue supervisada por Christian Friedrich Freiherr von Stockmar, amigo cercano del príncipe Alberto.Al igual que sus hermanos, Alicia pasó la infancia viajando con su familia por las diferentes residencias reales británicas.Al año siguiente hizo su último viaje a Inglaterra, pasando unas vacaciones pagadas por la reina en Eastbourne.[9] El nacimiento de Alicia hizo que sus padres empezaran a buscar una casa más grande para la familia.El palacio de Buckingham no tenía los aposentos privados que la familia necesitaba ni los cuartos para los niños en las condiciones necesarias.[11] Alicia estaba fascinada por el mundo de fuera de la Casa Real y cuando estaba en Balmoral, donde parecía ser más feliz, solía visitar a las personas que vivían y trabajaban en su propiedad.Estas características de su personalidad eran contrarrestadas por una lengua afilada y un temperamento que se alteraba con facilidad.Aun así, viajó hasta el castillo de Windsor para que la reina Victoria pudiera verlo personalmente, pero a Alicia no le gustó.[22] La reina Victoria era fuertemente anticatólica y no eligió a su primo, el rey Pedro V de Portugal, solo por sus creencias religiosas.[26] Además, la futura residencia de la pareja en Darmstadt, el palacio gran ducal, no era muy ostentosa.Por ello, la pareja recibió una casa en la zona histórica de Darmstadt que tenía vistas a la calle.Sin embargo, Alicia se adaptó bien, ya que pasaba el mayor tiempo posible en Hesse para conocer su nuevo hogar.Berlín se negó y Otto von Bismarck envió tropas a Holstein, controlada por Austria.[3] A pesar de su embarazo, Alicia cumplió con sus deberes reales, haciendo vendas para las tropas y preparando hospitales.[41] Alicia se hizo amiga del teólogo David Strauss, una figura controvertida de la época.[45] Los dos estuvieron separados durante un año entero y solo se veían en las pequeñas pausas de la guerra.Alicia se lamentaba de lo «infeliz que había sido el año pasado».[46] Viajó hasta Balmoral para visitar a su madre, pero como estaba recuperándose de dos enfermedades graves, Alicia sentía que no era bien recibida.Por favor, amor mío, no hables mal del reino cuando me una a ti, porque estropearías la felicidad de verte nuevamente».[58] El regreso de Alicia y Luis a Darmstadt fue muy celebrado, algo que ella no esperaba.En otra carta dirigida a su madre, escribió que sus obligaciones eran «más de lo podía aguantar mucho tiempo».Alicia se quejó a Luis de que esa carta «me hizo llorar de rabia (...) ojalá estuviera muerta y probablemente no falta mucho para darle ese gusto a mamá».[2] En otoño de 1878, la reina Victoria le pagó unas vacaciones a la familia gran ducal en Eastbourne.La gran duquesa le escribió a la reina Victoria que «el dolor no tiene palabras».[68] Se erigió un monumento especial sobre su sepultura, que representaba a Alicia con su hija María en los brazos, concebido por Joseph Boehm.The Times escribió: «Las personas más humildes se sentían afines a la princesa, que era un modelo de virtud familiar como hija, hermana, esposa y madre (...) Su abundante compasión buscó fuentes de ayuda para el gran desperdicio desconocido del sufrimiento humano».[71] El príncipe le escribió al conde de Granville que Alicia «era mi hermana preferida.Sin embargo, tanto ella como su marido no pudieron asistir al funeral porque el emperador de Alemania se lo impidió,[74] pues temía por su seguridad.Alejandra y su marido, así como sus cinco hijos, fueron asesinados por los bolcheviques el año siguiente.Del mismo modo, la segunda hija de Alicia, Isabel, que se casó con el gran duque Sergio, fue asesinada en 1918.
Alejandra, la hija más conocida de Alicia, con su marido,
Nicolás II
y sus cinco hijos
Alexis
(en los brazos de la madre),
Tatiana
,
María
,
Anastasia
y
Olga
. Alejandra recibió el gen de la
hemofilia
de su madre y se lo pasó a su hijo, lo que afectó a la popularidad de los Romanov en Rusia y ayudó al estallido de la revolución rusa en 1917.