A medida que crecía, Carlota desarrolló una inclinación por difundir chismes y causar problemas.
Carlota nació en un parto fácil y era una bebé sana, a diferencia de su hermano mayor, Guillermo, el cual tuvo un alumbramiento complicado.
Federico era un esposo amoroso, pero como oficial del ejército prusiano, sus deberes lo alejaban cada vez más de la casa.
[3] Si bien Vicky era cercana con su hija mayor, esto cambió a medida que la niña creció; para cuando ella tenía dos años, Carlota se había hecho conocida como la «dulce y traviesa pequeña Ditta» y demostraría ser la más difícil de los ocho hijos de la familia.
También desarrolló berrinches violentos; Vicky los describió como «tales brotes de rabia y terquedad que pega alaridos».
[4] Carlota era una estudiante indolente, para consternación de su madre, que valoraba mucho la educación.
Vicky la caracterizó como una «gatita pequeña que puede ser muy amorosa hasta tanto se le antoje algo».
Según una historia relatada por la biógrafa de Vicky, Hannah Pakula, Carlota se enamoró del príncipe mientras conducían con su hermano mayor; Guillermo aceleró durante el viaje, alarmando a Carlota y haciéndola aferrarse al brazo de Bernardo.
Pakula agrega que esta repentina, pero temporal pasión probablemente encaja con la personalidad «cambiante» de Carlota.
Era también su pariente al ser bisnieto del rey Federico Guillermo III de Prusia.
Aunque se lo consideraba de carácter débil, tenía muchos intereses intelectuales, particularmente en arqueología.
Carlota no compartía estos intereses, pero Vicky esperaba que tanto el tiempo como el matrimonio, guiaran a Carlota de modo que «al menos sus malas cualidades no pudieran causar ningún daño».
Carlota había odiado las limitaciones impuestas a ella durante el embarazo y decidió que este sería su único hijo, para consternación de su madre.
Después del nacimiento, dedicó su tiempo a disfrutar la vida social en Berlín y embarcarse en largos viajes de vacaciones.
[8] Entre las familias reales de la época, era inusual ser hijo único; Feodora probablemente sufrió una infancia solitaria.
Al igual que su madre, padecía enfermedades y diversos dolores físicos, así como migrañas graves.
Carlota pasaba gran parte de su tiempo socializando con otras mujeres, donde era común realizar actividades como patinar, cotillear y celebrar cenas.
Carlota acompañó a su padre enfermo durante este período, junto con la mayoría de sus hermanos.
Las cartas estaban escritas con la misma letra, y presentaban chismes lascivos, acusaciones e intrigas entre los poderosos de la corte.
Algunos contemporáneos especularon que Carlota, conocida por su lengua afilada y su amor por los chismes, podría haber sido la responsable.
Se consideró que el escándalo ya había dañado seriamente la reputación de la monarquía.
A medida que Feodora crecía, varios pretendientes fueron considerados para el matrimonio.
[12] Cuando a su marido se le confirieron misiones militares, Feodora viajó por toda Alemania.
Tampoco le gustaba su yerno, criticando su apariencia e incapacidad para controlar a su esposa de carácter fuerte.
[13] Van der Kiste escribe que Carlota y Feodora tenían personalidades muy similares, «ambas criaturas de carácter fuerte que amaban los chismes y estaban demasiado listas para creer lo peor de la otra».
Finalmente, su relación se deterioró lo suficiente como para que Carlota excluyera a su hija y yerno de su casa.
Aunque expresó su indignación porque tal operación había sido aprobada, finalmente la visitó en la clínica, a pedido de su hija.
Durante la guerra, Carlota experimentó cada vez más dolores, incluidos los crónicos, piernas hinchadas y problemas renales.
Al año siguiente sería enterrada en las cercanías del Palacio de Altenstein en Turingia.
[16] Para evidencia, Röhl revisó las cartas entre Carlota y su médico, así como la correspondencia con sus padres, que habían sido enviadas durante un período de 25 años; y descubrió que incluso cuando era niña, había sufrido hiperactividad e indigestión.