Se le describe como un chico alegre, de gran sensibilidad y sinceridad impecable.
Rápidamente se aficionó a los estudios impuestos por su madre la cual pensó que era un placer enseñarle.
Cerca de esta última, Waldemar le ofrece regularmente rocas y minerales que la reina atesora.
Su madre cayó rota del dolor y revivió la pérdida de su Sigi trece años antes.
Sus padres están enterrados no muy lejos de ellos, en el centro del mausoleo, directamente bajo la cúpula.