La princesa recibió el nombre de María Aleksándrovna al ser bautizada en la Iglesia ortodoxa.
Como era muy tímida, fue criticada en la corte rusa por ser demasiado sencilla, sin encanto ni tema de conversación.
Alejandro tuvo cuatro hijos con su amante favorita, la princesa Catalina Dolgorúkov: los príncipes Jorge Yúrievsky, Olga Yúrievskaya, Borís Yúrievsky y Catalina Yúrievskaya.
Un mes después de la muerte de María en 1880, Alejandro II se casó con Catalina, y sólo la muerte del monarca impidió que la convirtiera en emperatriz.
En 1865, la muerte de su hijo mayor y favorito, el zarévich Nicolás, fue un golpe duro para la emperatriz.