Su hijo y sucesor, Eduardo VII entregaría su propia orden de la familia real, la Orden de Eduardo VII.
[5] En las tres primeras clases la insignia consistía en el camafeo con la efigies de Victoria y Alberto.
Los relieves de las efigies eran blancos y se disponían sobre un fondo anaranjado del camafeo ovalado.
La diferencia en estas primeras clases consistía en el tamaño del camafeo y además que en la primera clase estaba guarnecido ricamente con dos filas de diamantes, en la segunda con una fila de diamantes y en la tercera una fila de perlas con resaltes en diamantes.
[4][6] Todas las insignias se prendían del lado superior izquierdo del pecho mediante un lazo de moaré blanco cuyas dimensiones aumentaban desde la cuarta hasta la primera clase.