Debe su nombre al río Senegal, que marca la frontera este y norte del país.
Durante los siglos XVII y XVIII, numerosos puestos comerciales pertenecientes a diferentes potencias coloniales se establecieron en la costa.
Una teoría popular, propuesta por David Boilat en 1853, afirma que deriva de la expresión wólof sunu gaal, que significa "nuestra canoa", resultado de la dificultad para comunicarse entre los marineros portugueses del siglo XV y los pescadores wólof.
Los historiadores modernos creen que el nombre hace referencia, probablemente, a la etnia bereber de los zenaga, quienes vivieron en la orilla norte del río.
Hallazgos arqueológicos por toda el área indican que Senegal estuvo habitado en tiempos prehistóricos.
Reunió a todas las poblaciones de etnia wolof para fundar este imperio en el siglo XIII.
Más tarde, en el siglo XI, los almorávides, ayudados por los toucouleurs, intentaron islamizar a los grupos religiosos tradicionales mediante la yihad.
Sin embargo, la integración imaginada de los dos países nunca se llevó a cabo, y la unión fue disuelta en 1989.
La política interna a veces se desbordó en violencia callejera, tensiones en las fronteras, y un movimiento separatista violento en la región del sur de Casamanza.
Senegal experimentó su segunda transición pacífica al poder, y la primera de un partido político a otro.
Este resultado pacífico y democrático fue saludado por numerosos observadores internacionales —como la UE— como una muestra de «madurez».
Amigable con Occidente, especialmente con Estados Unidos, Senegal ha abogado enérgicamente por una mayor ayuda de los países desarrollados al Tercer Mundo.
En la actualidad, la política exterior senegalesa se caracteriza por un nacionalismo alimentado por el lugar que Senegal ocupó en su día dentro de la colonia francesa y por una cultura tradicional.
La capital Dakar yace sobre la península Cabo Verde, el punto más occidental del África continental.
Sólo en Casamance, la única región con bosques dignos de este nombre, hay una verdadera estación lluviosa; una estación seca de noviembre a junio con vientos alisios continentales, con temperaturas entre 22 y 30 °C, con variaciones significativas entre la costa y el interior.
Tienen un papel importante en la preservación del medio ambiente y contribuyen de manera significativa al desarrollo turístico.
Pero en 2016, el gobierno retiró la concesión comercial a la aerolínea debido al déficit presupuestario de la compañía.
Varias tienen el estatus legal de «lenguas nacionales»: balanta-ganja, árabe, jola-fonyi, mandenká, mandjak, mankanya, noon (Serer-Noon), pulaar, serer, soninké y wolof.
El control cada vez más estricto de las fronteras de Francia, en un principio destino preferente, ha hecho que los flujos migratorios se reorienten hacia nuevos destinos: en primer lugar Italia y España, pero también Estados Unidos,[79] Canadá y, más recientemente, China.
Estos niños talibé, estimados en 50.000 varones, sufren a veces abusos que les empujan al exilio.
Además, en Senegal hay muchos grupos étnicos, como los soninke, manding, lebou, peulh, diola y toucouleur.
La mayoría de sus obras están escritas en francés, pero también hay textos en árabe, wolof, peul, serere, diola, mandinga y soninké.
Otros autores ya clásicos son los novelistas Cheikh Hamidou Kane, Birago Diop, Boubacar Boris Diop, Mamadou Mahmoud N'Dongo y el poeta Alioune Badara Coulibaly, así como Ousmane Sembène, que llevará a la pantalla algunas de sus propias novelas.
[91] Aminata Sow Fall, en La Grève des bàttu[91] (1979), muestra que los pequeños no carecen de recursos.
Afrique sur Seine, realizado en 1955, es un cortometraje de Paulin Soumanou Vieyra, Jacques Mélo Kane y Mamadou Sarr.
Aunque Afrique sur Seine no fue la primera película realizada por africanos subsaharianos, fue, y sigue siendo, considerada una piedra angular del cine africano en la medida en que representa las reivindicaciones de los pueblos colonizados para poder desarrollar y controlar su propia imagen en un momento en que la colonización tocaba a su fin.
Las figuras más destacadas fueron Djibril Diop Mambety, cuyo Touki Bouki, de 1973, fue la primera película senegalesa seleccionada en Cannes.
Entre los grandes futbolistas de Senegal figuran Sadio Mané, El-Hadji Diouf, Édouard Mendy, Henri Camara, Kalidou Koulibaly, Khalilou Fadiga, Idrissa Gueye, Habib Beye, Tony Sylva, Mamadou Niang, Omar Daf, Ferdinand Coly y, en el pasado, Jules Bocandé, así como el seleccionador Pape Diouf, antiguo presidente del OM.
Se juega en todas partes: clandestinamente, en terrenos baldíos, en torneos de aficionados y en campeonatos profesionales con cobertura mediática.
Mouhamed Ali Ndiaye (italiano pero nacido en Senegal) ha ostentado varios títulos internacionales en la categoría de peso pequeño.