Rentabilidad financiera

En finanzas, la rentabilidad financiera, rentabilidad para el accionista o «ROE» (por sus iniciales en inglés, return on equity) relaciona el beneficio económico con los recursos propios necesarios para obtener ese lucro.

La rentabilidad financiera puede entenderse como una medida del beneficio que obtiene una compañía con relación a los fondos invertidos por los accionistas.

Por ejemplo, si se coloca en una cuenta un millón y los intereses generados son cien mil, la rentabilidad es del 10%.

Sumando al numerador del anterior ratio la cuota del impuesto que grava la renta de la sociedad, se obtiene la rentabilidad financiera antes de los impuestos.

Cuando la rentabilidad económica es superior al coste del endeudamiento (expresado ahora en tanto por ciento, para poder comparar, y no en valor absoluto como anteriormente), cuanto mayor sea el grado de endeudamiento mayor será el valor de la rentabilidad financiera o rentabilidad de los accionistas, en virtud del juego del denominado efecto palanca.

Por el contrario, cuando la rentabilidad económica es inferior al coste de las deudas (el capital ajeno rinde menos en la empresa de lo que cuesta) se produce el efecto contrario: el endeudamiento erosiona o aminora la rentabilidad del capital propio.

A efectos de poder realizar un análisis más detallado de las causas que generan rentabilidad, en la empresa DuPont desarrolló a principios del siglo XX la fórmula de DuPont que desagrega la fórmula anterior en tres términos:

Se pueden introducir en la expresión otras variables que afectan a la rentabilidad financiera: ventas y activos.

Los dos primeros componentes se muestran en el apartado anterior, el margen y la rotación.

El tercer componente es el apalancamiento que se define como la relación entre las inversiones (el activo) y los recursos propios de la empresa.

Los dos primeros componentes son derivados de la operatoria del negocio, mientras que el tercero es el agregado financiero.