Otras definiciones la definen como la organización de la materia orgánica (C-H-O-N-S-P-X) en un sistema ya sea simple o complejo llamado ser vivo capaz de autosostenerse homeostáticamente y replicarse a sí mismo bioquímica y termodinámicamente extrayendo y entregando la energía al entorno e interactuando con el medio o biotopo particular donde se desenvuelve el ser vivo.
[5] En biología, se considera la condición interna esencial que categoriza, tanto por sus semejanzas como diferencias, a los seres vivos.
Desde un punto de vista bioquímico, la vida puede definirse como un estado o carácter especial de la materia alcanzado por estructuras moleculares específicas, con capacidad para desarrollarse, mantenerse en un ambiente, reconocer y responder a estímulos y reproducirse permitiendo la continuidad.
Para algunos, la vida existe desde que se fecunda el óvulo;[7] para otros, desde que ya no es posible legalmente el aborto,[8] hasta el cese irreversible de la actividad cerebral o muerte cerebral.
[9] En cosmología, aún no se conoce ni se sabe si será posible conocer la existencia de vida en otros lugares del Universo distintos de la Tierra, pero científicos como Carl Sagan (1934-1996), pensaban que, probabilísticamente hablando, y teniendo en cuenta las condiciones necesarias para la vida tal como la conocemos, el cosmos es tan inmenso que se hace necesaria la existencia de, incluso, civilizaciones avanzadas en otros planetas.
La vida se caracteriza por la inestabilidad por la cual nacen y desaparecen estructuras en tiempos geológicos.
Para Ilya Prigogine la vida es el tiempo que se inscribe en la materia y los fenómenos irreversibles son el origen de la organización biológica.
Hoy en día esta definición no se ajusta correctamente y, a pesar de su popularidad inicial, ha sido ya desechada.
Metabólica: También ha sido rechazada por no poder incluir objetos vivos tales como las semillas, las esporas, o bacterias encapsuladas en estado de latencia.
Por supuesto nadie diría que tal programa de ordenador fuera un sistema vivo.
Asimismo tampoco estaba clara la frontera entre la vida y la muerte, haciendo difícil determinar cuándo acontecía exactamente esta última.
La definición universal de vida se planteaba como algo bastante más complejo y difícil.
El desorden genera una necesidad, manifestándolo mediante moléculas cargadas, aminoácidos o cadenas de proteínas.
El resultado final minimiza la entropía interna del sistema vivo, necesitando de aporte externo para que el proceso no decaiga.
Las propiedades comunes a los organismos conocidos que se encuentran en la Tierra (plantas, animales, fungi, protistas, archaea y bacteria), son que ellos están basados en el carbono y el agua, son conjuntos celulares con organizaciones complejas, capaces de mantener y sostener junto con el medio que les rodea, el proceso homeostático que les permite responder a estímulos, reproducirse y, a través de procesos de selección natural, adaptarse en generaciones sucesivas.
[cita requerida] Todos los seres vivos sobre la faz de la Tierra realizan tres funciones básicas, a saber, relación, nutrición y reproducción.
Se excluye de esta definición a los virus pues no son capaces de realizar las tres, únicamente se relacionan, no obstante, realizan todas una vez que infectan a la célula objetivo y son capaces de manipular su maquinaria celular, otros procesos claves que deben realizar todos los organismos vivos son: El metabolismo, tener una membrana celular y realizar la duplicación genética, para poder sobrevivir en el ambiente que los rodea.
No es vida cualquier estructura del tipo que sea (aunque contenga ADN, ARN o proteínas) incapaz de establecer un equilibrio homeostático (virus, viroides, priones, células cancerígenas o cualquier otra forma de reproducción) e incapaz de manifestar una forma estable retroalimentaria sostenible con el medio, y provoque el colapso termodinámico.
Se puede concluir que una célula está viva, cuando posee un sistema de regulación homeostática relativa a ella misma, pero si no cuenta con dicho sistema, la célula es un parásito incapaz de sustentar y ostentar vida por sí misma, por lo tanto no forma parte de un organismo vivo, consume recursos y pone en peligro la sostenibilidad del medio en el cual se manifiesta.
Tras el estudio por parte de estos, se hace evidente que toda reacción bioquímica capaz de establecer una estructura homeostática que desarrolle la función metabólica, se la puede definir como materia viva orgánica u organismo, compartiendo algunas características comunes, producto de la selección natural: La vida se agrupa en diversos niveles estructurales jerarquizados.
Así se sabe que la unión de células pueden dar lugar a un tejido y la unión de estos dan lugar a un órgano que cumple una función específica y particular, como el caso del corazón o el estómago.
Las estructuras moleculares esenciales para la vida se formaron y desarrollaron por aparecer en un preecosistema que así lo permitió, en su estado prebiótico.
Según el medio iba cambiando, las estructuras también lo hacían, estableciendo un proceso evolutivo basado en una función retroalimentada.
Todo este proceso es sostenible gracias al aporte energético de la estrella más cercana, el sol, y por la disipación de esa energía en el frío espacio, se establece un ciclo físico y posiblemente (como es el caso del planeta Tierra) biológico.
Las pequeñas enanas rojas tienen el problema opuesto, con una zona habitable más pequeña que está sujeta a niveles más altos de actividad magnética y los efectos del acoplamiento de marea desde órbitas cercanas.
Para deducir el tipo de vida que pueda existir en otros planetas, se deberá comprobar el aporte energético de la estrella más cercana, pues, si es demasiado, la energía aportada al planeta será tan intensa que hará imposible establecer moléculas biológicamente estables; si es escasa, las formas de vida quizás no se desarrollen más que a nivel bacteriano.
[cita requerida] Existe una hipótesis no demostrada que matiza la definición termodinámica de la vida, la cual fue defendida por Lynn Margulis.
Esta hipótesis considera la vida como un sistema complejo que surgiría bajo condiciones iniciales favorables, y que localmente aceleraría la conversión energética entre, en nuestro caso, el calor del Sol y el frío espacio.
Esta interpretación no sirve para definir mejor qué es la vida, pero complementa la visión termodinámica con un porqué.
No solo lo vivo tiende a aumentar el orden sin una ayuda material externa, sino que además este aumento del orden es perfectamente lógico con la tendencia al desorden general, porque para ello se utiliza constantemente energía.