[14][15] Algunos de estos indígenas empleaban ciertos castigos contra aquellos miembros del grupo que transgredieran alguna norma social.
[14][17]Entre los detenidos que eran sometidos a torturas se encontraban rebeldes, los acusados de brujería, delincuentes comunes, entre otros.
En ocasiones a los condenados a muerte se les aplicaban métodos de ejecución que producían una muerte lenta y dolorosa, como el garrote vil, el empalamiento, descuartizamiento, quemado en la hoguera o ser arrastrado por un caballo hasta morir.
[14][18]A los esclavos que huían o se rebelaban solían cortarle una de sus manos u orejas, o aplicarles la castración, práctica que se mantuvo hasta 1540, cuando fue suspendida porque generalmente causaba la muerte de los esclavos, produciendo una pérdida económica para el propietario.
[18][19]Otro método usado fue la carimba, una marca en la piel hecha con hierro ardiente, que era aplicada para identificar a los esclavos y en ocasiones se usaba como una forma de castigo tras una falta.
[17]Por estos hechos fueron condenados 33 personas, entre los que se encontraban José María España, Manuel Montesinos Rico y otros.
A pesar de esto, en la Constitución de 1819, principalmente redactada bajo las ideas del militar Simón Bolívar, no incluía ninguna mención a la tortura y solo hacía una referencia prohibir el rigor excesivo contra los detenidos.
El líder victorioso del bando federal, Juan Crisóstomo Falcón, clausuró las cárceles de Trocadero y Bajoseco las cuales se hicieron reconocidas por los abusos cometidos contra los detenidos.
Todo aquel que se opusiera al régimen de Juan Vicente Gómez era asesinado, encarcelado o desaparecido.
[29][30] La dictadura de Marcos Pérez Jiménez se caracterizó por su excesiva represión a la disidencia y tortura contra los detenidos.
En la celebración del Día de la Raza en 1951, fueron arrestados diversos venezolanos que protestaban en contra de la dictadura: José Amín, Miguel Astor Martínez, Antonio Ávila Barrios, Francisco Barrios, Federico Estaba, Gerardo Estaba, Luis José Estaba, Darío Hernández, Manuel Vicente Magallanes, Eloy Martínez Méndez, Salón Meza Espinosa y Juan Regalado.
Dicha cárcel tuvo que ser cerrada por cuanto el Río Orinoco hundió el islote donde se encontraba.
Según el diario El Clarín existieron casos de manifestantes detenidos en la protesta que fueron sometidos a torturas por la Digepol.
[32] Otro caso fue el del campesino Juan Chacón Lanza, detenido en 1969 por pertenecer al frente guerrillero Antonio José de Sucre.
[37][38] El diputado y periodista José Vicente Rangel publicó en 1967 el libro Expediente Negro en el cual denunció varios casos de tortura.
Ese mismo año, Reina murió en un accidente automovilístico junto a un oficial militar en un vehículo particular.
Tras la autopsia se evidenciaron signos de tortura, a su cuerpo le faltaban las uñas y ojos.
[44] En 1975 fueron detenidos los miembros del partido Bandera Roja Ernesto Virla y Rosa Elena Mata por estar supuestamente involucrados con grupos subversivos, tras su detención la organización no gubernamental Comité en Defensa de los Derechos Humanos (CDDH) denunció que fueron víctimas de torturas.
La joven fue sometida a malos tratos, se le desvistió y fue amenazada de ser violada.
[40] El CDDH también denunció la aplicación de torturas y malos tratos que recibían los presos comunes en diversas cárceles del país.
Entre los métodos usados se encontraban las golpizas, peinillazos, aplicación de electricidad, asfixia con agua, heces, orina o bolsas plásticas.
[45][47]Amnistía Internacional reportó que las principales víctimas de tortura eran personas detenidas en barrios marginales en redadas cometidas por la policía, sin embargo, también fueron aplicadas a activistas políticos y líderes estudiantiles.
[48] En 1989 la organización Amnistía Internacional visitó a varios civiles detenidos en Venezuela acusados de ser instigadores del Caracazo, informando que al menos 80 de los estudiantes detenidos denunciaron haber recibido malos tratos.
Las ONG mencionaron que la mayoría fueron liberados posteriormente, aunque una docena denunció ante las autoridades haber sido sometidos a torturas, pero los presuntos responsables no comparecieron ante la justicia.
[51] En 2003, una ciudadana y tres militares vinculados a los soldados sublevados en la Plaza Altamira durante el paro general de 2002 fueron asesinados.
El líder del grupo, el general Enrique Medina Gómez, declaró que varios testigos vieron cómo los militares, junto a dos mujeres que les acompañaban, fueron detenidos y obligados a abordar dos camionetas por hombres vestidos de negro y con las caras cubiertas con pasamontañas.
Un hombre dijo que un soldado le «disparó con una escopeta a quemarropa» mientras estaba en el vehículo.
[71][72] El 20 de abril Lorent intentó suicidarse en su celda, hecho que fue evitado por los funcionarios del SEBIN.
[78] A la activista venezolana Ángela Expósito se le han arrancado las uñas desde su detención en 2018, entre otros métodos de tortura.
Con anterioridad al 2017 ya existían denuncias sobre actos de esta naturaleza altamente reprochables.