Reinado de Fernando VII de España

El resultado fue una brutal depresión económica que se manifestó en una caída de los precios (deflación).

Las dificultades económicas y de ascenso hicieron el resto», ha afirmado Víctor Sánchez Martín.

[65]​[66]​ Y por otro lado, que las nuevas Cortes salidas de las segundas elecciones del Trienio contaran con una mayoría exaltada.

[68]​[69]​ La Junta Provisional Consultiva, nombrada por Fernando VII el 9 de marzo de 1820 ―el mismo día en que había jurado la Constitución por primera vez―, ya había aprobado algunos decretos conducentes al desmantelamiento del Antiguo Régimen[70]​ y las Cortes continuaron con esa labor.

[103]​[104]​[105]​ Según Pedro Rújula y Manuel Chust, «a la altura de 1821 ya era una propuesta utópica.

[110]​ Suprimidas todas las expediciones militares desde España, en el verano de 1821 los acontecimientos en América se precipitaron.

[112]​ «Las Cortes y el Gobierno español había perdido una buena oportunidad», concluye Alberto Gil Novales.

[138]​ «Marcó un punto de inflexión en el transcurso del Trienio», han subrayado Ángel Bahamonde y Jesús Martínez.

Los ministros que habían permanecido como rehenes durante seis días pudieron irse finalmente a sus casas».

[162]​ El conde de Villèle, jefe del gobierno francés que había prestado un considerable apoyo a las partidas realistas, dirá: «los realistas españoles, ni que les ayuden otros gobiernos, no podrán hacer jamás la contrarrevolución en España sin el socorro de un ejército extranjero».

Por su parte el canciller austríaco Metternich propuso que se enviaran «Notas formales» al Gobierno de Madrid para que este moderara sus posiciones y en caso de no obtener una respuesta satisfactoria romper las relaciones diplomáticas con el régimen español.

[180]​[185]​ Contaron con el apoyo de tropas realistas españolas que se habían organizado en Francia antes de la invasión —entre 12 500 y 35 000 hombres, según las diversas fuentes—[186]​[187]​[188]​ A estas tropas realistas se les sumaron conforme fueron avanzando las partidas que habían sobrevivido a la ofensiva del ejército constitucional.

[203]​[204]​ Conforme iban avanzando hacia el sur las tropas francesas los realistas españoles desataron «una explosión general de violencia» que «cubrió el país de venganzas y atropellos, practicados sin sujetarse a ninguna autoridad ni seguir norma alguna» y cuyas víctimas fueron los liberales.

[241]​[223]​[242]​[243]​[244]​ Cádiz esta vez no había contado con auxilio por mar de la flota británica como en 1810.

2.° Apruebo todo cuanto se ha decretado por la Junta Provisional de gobierno y por la Regencia del Reino.

«La guerra de Francia contra la España constitucional había durado siete meses y medio.

De ella salió como auténtico triunfador Fernando VII», concluye Emilio La Parra López.

[269]​ De hecho durante los años siguientes las tropas francesas que permanecieron en España en virtud del convenio firmado entre las dos monarquías intervendrán en numerosas ocasiones para proteger a la población con simpatías liberales del hostigamiento y los excesos represivos de los absolutismo.

[281]​[282]​ La durísima represión desatada contra los liberales provocó que, como en 1814, muchos de ellos marcharon al exilio.

En Inglaterra fue donde se refugiaron la mayor parte de los cargos públicos del Estado constitucional (diputados, secretarios del Despacho, jefes políticos, etc.), así como oficiales y jefes del Ejército, además de periodistas, intelectuales, y otros miembros destacados de la clase media ilustrada y liberal, con lo que el epicentro político y cultural del exilio se situó en Inglaterra (allí se organizarían las conspiraciones para derribar el absolutismo), mientras que en Francia se encontraban los sectores más populares.

Aparentemente de forma paradójica, la derrota del constitucionalismo meridional en 1821-1823 reforzó el liberalismo europeo en las décadas siguientes.

Los ultras o apostólicos, también llamados ultrarrealistas o ultraabsolutistas, tenían en el hermano del rey, Carlos María Isidro de Borbón —heredero al trono porque Fernando VII después de tres matrimonios no había conseguido tener descendencia—, a su principal valedor, por eso también se les llamó en ocasiones «carlistas».

[321]​[322]​ Tuvo su escenario principal en Cataluña, aunque también hubo insurrecciones ultras pero de menor entidad en el País Vasco, Valencia, Andalucía, Aragón y La Mancha.

Aunque la rebelión aún continuaría durante algunos meses, a mediados de octubre se podía dar por acabada.

[340]​ En cuanto a las consecuencias de la «guerra dels malcontents», Ángel Bahamonde y Jesús A. Martínez han subrayado que su fracaso marcó «un nuevo rumbo en los realistas».

«Sintiéndose defraudados por un Rey legítimo que representaba sus principios y querían defender, la proclividad hacia la alternativa del Infante [don Carlos] empezó a tomar cuerpo».

[342]​ «No comprendían que desde 1823 el terror había realizado su trabajo con mucha efectividad y que el gobierno, incompetente en materias como las de la hacienda, era mucho más eficaz en las artes de la vigilancia y la represión», ha afirmado Josep Fontana.

[301]​[342]​[344]​[345]​ Los más de cien capturados en la intentona, en cuya detención intervinieron también tropas francesas,[344]​ fueron ejecutados inmediatamente.

[364]​ La noticia del fusilamiento de Torrijos y de sus 48 compañeros que habían sobrevivido, difundida por toda Europa, causó una honda conmoción especialmente en Francia y en Gran Bretaña donde aparecieron numerosos artículos en la prensa denunciando la actuación del Gobierno español.

[366]​ Unos meses antes (en mayo) había sido ejecutada Mariana Pineda, una joven viuda granadina, por habérsele encontrado una bandera morada en la que aparecían a medio bordar las palabras «Libertad, Igualdad, Ley».

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Retrato alegórico de Fernando VII realizado por Vicente Capilla en 1810, cuando hacía dos años que en Bayona , presionado por Napoleón, le había cedido a este sus derechos a la Corona española. Pero las abdicaciones de Bayona no fueron reconocidas por los españoles «patriotas» que siguieron considerando como su rey a Fernando VII (confinado en el Castillo de Valençay bajo la custodia de Napoleón).
«Que se rompe la cuerda», estampa n.º 77 de la sección «Caprichos enfáticos» de Los desastres de la guerra , alusiva a la restauración fernandina . Según indica Bozal [ 18 ] ​ en este grabado se representa haciendo equilibrio a un alto representante eclesiástico que, en el dibujo preparatorio del Museo del Prado , representaba al Papa .
Ilustración de La segunda casaca de Benito Pérez Galdós (1884), en la que aparece al fondo el fusilamiento en el castillo de Bellver del general Luis Lacy . En primer plano los medallones conmemorativos de Lacy y del general Juan Díaz Porlier , también ajusticiado (en este caso ahorcado) por haberse « pronunciado » en contra del absolutismo de Fernando VII.
El teniente coronel Rafael del Riego , luego ascendido a general, que encabezó el pronunciamiento que lleva su nombre y que puso fin al sexenio absolutista.
El liberal moderado « anillero » Francisco Martínez de la Rosa , líder del tercer Gobierno del Trienio.
Álvaro Flórez Estrada , miembro destacado de los exaltados , defendió a las sociedades patrióticas en el debate que tuvo lugar en las Cortes sobre la propuesta de los moderados para prohibirlas.
Picota de Torija ( provincia de Guadalajara ). El uso de este instrumento y símbolo del vasallaje fue abolido por la Junta Provisional Consultiva.
Nadie nos ha visto . Grabado nº 79 de la serie Los Caprichos (1799) de Francisco de Goya . En él aparecen cuatro frailes bebiendo. Responde a la crítica que hicieron los ilustrados al clero regular (que los liberales compartieron). «El fraile goyesco es espantoso, risible, chabacano, palurdo», ha afirmado Julio Caro Baroja . [ 72 ]
Juan O'Donojú , jefe político de Nueva España nombrado por el Gobierno de Madrid, firmó en agosto de 1821 con Agustín Iturbide , líder de los independentistas novohispanos , el Tratado de Córdoba por el que se reconocía la independencia de México bajo la entronización de un monarca de la familia Borbón. El tratado no fue reconocido por España
Vista de la Puerta del Sol en 1820. Al fondo la fuente y la iglesia del Buen Suceso y a la derecha la Casa de Correos .
Luis Carlos Legrand , Alegoría del 7 de julio ; litografía. Inscripción: «Día 7 de julio honor eterno. De la grande Nación el gran Peligro» ( Biblioteca Nacional de España ).
Antonio Marañón, el Trapense , litografía de Friedrich August Fricke (1784-1858). «El Trapense«», fue uno de los jefes de partidas realistas más conocidos. Según el afrancesado Sebastián Miñano su «extravagante» indumentaria («Porta siempre un sayal y una capa idéntica, con una capucha bastante elevada. Tenía la cabeza afeitada. Un crucifijo suspendido sobre su pecho; lleva un gran rosario como cinturón») «ha contribuido singularmente a exaltar a los pueblos en su favor, porque lo miran como a un hombre inspirado por Dios, comparable a aquellos de los se hablan en las escrituras». [ 150 ]
El rey de Francia Luis XVIII , que fue quien decidió, junto con su gobierno, invadir España para acabar con el régimen constitucional. Desde que en 1935 se descubrió que el "tratado secreto de Verona" era una falsificación, quedó demostrado que la intervención en España ni se decidió en el Congreso de Verona ni se hizo en nombre de la Santa Alianza .
"Planicie de Roncesvalles, 1823". Ilustración que muestra el paso de los Cien Mil Hijos de San Luis por Roncesvalles .
El duque de Angulema , comandante en jefe de los Cien Mil Hijos de San Luis .
Palacio de la Aduana (Cádiz) , residencia del rey durante el asedio francés de 1823. Desde la azotea Fernando VII se entretuvo volando cometas y contemplando a los sitiadores con unos anteojos. Se ha discutido si volar cometas fue una mera diversión o un medio de comunicarse con el enemigo mediante señales convenidas. Lo que sí se sabe es que Fernando VII utilizando diversos medios estaba en contacto con los realistas y con los franceses y los conminaba a que le «rescataran».. [ 212 ]
Cuadro de José Aparicio que representa el desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María tras haber sido «liberado» de su «cautiverio» en Cádiz. Es recibido por el duque de Angulema , comandante de los Cien Mil Hijos de San Luis , y por el duque del Infantado , presidente de la Regencia absolutista nombrada por los franceses.
Retrato de Fernando VII del pintor Vicente López realizado en 1828 por encargo del Banco de San Carlos . Así lo describe el historiador Emilio La Parra López : «Vestido de capitán general, con todas las condecoraciones importantes y el cetro en la mano derecha, el rey está sentado, postura poco habitual en la historia española de los retratos reales, con la mano izquierda posada sobre unos libros colocados en una mesa. En el tejuelo de uno de ellos se lee: 'R. CÉDULA DEL BANCO DE S. FERNANDO'. La obesidad y las acusadas entradas en el cabello son bien manifiestas. Este lienzo, ha dicho J.L. Díez, ofrece 'sin duda la imagen más sincera del abotargado monarca en su edad madura'. Es también la del rey reformista, preocupado por impulsar la economía del reino». [ 263 ]
Riego conducido por los realistas a la cárcel de La Carolina (1835).
Grabado titulado «Autodafé à Valence (Juillet 1826)» que supuestamente reproduciría la ejecución por herejía de Cayetano Ripoll, pero que en realidad representa un auto de fe de la Inquisición (el reo lleva un sambenito y va a ser quemado en la hoguera). Ripoll fue ahorcado por una sentencia de la Junta de Fe de la diócesis de Valencia y su cadáver solo fue "quemado" simbólicamente. La ejecución de Ripoll tuvo lugar en la plaza del Mercado de Valencia, y los edificios, seguramente inventados, que aparecen en el grabado no son los de esa céntrica plaza de la ciudad.
Represión de liberales en las cercanías de la ciudadela de Barcelona , custodiados por Mozos de Escuadra bajo la supervisión del conde de España , gobernador de aquella plaza tras el fin del Trienio Liberal .
Luis López Ballesteros , secretario del Despacho de Hacienda entre 1823 y 1832, fue uno de los absolutistas «reformistas» más destacados.
El general José de la Cruz , Secretario del Despacho de Guerra. La aprobación del reglamento de los Voluntarios Realistas , rechazado por estos que se negaron a cumplirlo, acabó causando la destitución de su cargo, siendo sustituido por el ultra José Aymerich .
Retrato de Carlos María Isidro de Borbón , hermano del rey y heredero al trono, por Vicente López Portaña . El nombre de «Carlos V» fue aclamado en ocasiones por los ultras, cuyo ideario compartía.
Cuadro de David Wilkie que representa la reunión en una posada del mando de un grupo guerrillero entre los que se encuentra un fraile. Wilkie estuvo en España entre octubre de 1827 y junio de 1828.
Francisco Tadeo Calomarde , un destacado ultra que fue Secretario del Despacho de Gracia y Justicia desde enero de 1824 a octubre de 1832.
Ángel Lizcano : Fusilamientos de Bessières, ilustración de la obra de Fernando Fernández de Córdoba , Mis memorias íntimas , t. I, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1886. Biblioteca Nacional de España.
Palacio arzobispal de Tarragona. Allí firmó Fernando VII el Manifiesto para poner fin a la rebelión de los «malcontents».
Pablo Iglesias , litografía de Vicente Camarón por pintura de R. Trajani. Inscripción: «D. PABLO YGLESIAS / Regidor de Madrid en 1822 y capitán de cazadores de la milicia Nacional/ Bíctima de su patriotismo murió en Madrid el día 25 de Agosto de 1825 / mas siempre acompañado de su natural valor, dirigió al pueblo las palabras / de libertad ó muerte, á el tiempo de ejecutarse su sentencia». Biblioteca Nacional de España .
El general Francisco Espoz y Mina . Presidió en el exilio la Junta de Londres y encabezó un intento de invasión de España por Vera de Bidasoa .
El peñón de Gibraltar hacia 1830.
Grabado de la jura de la princesa Isabel por las Cortes reunidas en la Iglesia de san Jerónimo el Real el 20 de junio de 1833. A la «ostentosa» ceremonia le «siguieron diez días de fiestas: corridas a caballo en la Plaza Mayor, simulacros militares...». [ 381 ]