[7][8] El acto de la jura se desarrolló con gran solemnidad, según un ceremonial específico aprobado por el monarca.
En la mañana del día siguiente entraron los monarcas y su hija Isabel procesionalmente en la iglesia de San Jerónimo el Real.
Este acto consistía en que las personas de las categorías designadas juraban su lealtad a Isabel como legítima heredera y después prestaban pleito-homenaje al monarca.
Juraron entre otros los infantes,[b][11] arzobispos, obispos, grandes de España, títulos del reino y procuradores en Cortes.
[16][17]Para conmemorar la Jura se estableció una condecoración destinada al personal militar, la cruz de María Isabel Luisa.