[2] No existe ninguna prueba en ese sentido y sí aparecen indicios contrarios a este hecho como que su hermano mayor, el rey Fernando VII, declarado enemigo de Godoy, no parece que hubiera mantenido a su lado a un hijo del denostado valido como hizo con Francisco de Paula durante toda su vida.
Su educación se vio bruscamente interrumpida por la invasión francesa, cuando tenía 14 años.
Fernando VII y su padre, Carlos IV fueron obligados a reunirse con Napoleón en Bayona, donde se produjeron las abdicaciones de Bayona, que dejaron el trono de España en manos del hermano del emperador, José Bonaparte.
Mientras tanto, en Madrid se constituyó una Junta de Gobierno como representación del rey Fernando VII, aunque el poder efectivo quedó en manos de Murat, que redujo la Junta a un mero títere.
Este tumulto fue aprovechado por el general Murat, que mandó un destacamento de la Guardia Imperial al palacio, acompañado de artillería, que hizo fuego contra la multitud.
Durante su estancia romana, sus padres intentaron encaminarle hacia la carrera religiosa.
En 1814, con la caída de Napoleón, su hermano Fernando asciende al trono, pero él permanece junto a su padre en la ciudad italiana.
[4] Tras la reposición en el poder real de Fernando VII, en 1823, durante la denominada Década Ominosa, los infantes Carlos y Francisco de Paula presentaron habitualmente posturas políticas diferentes en el consejo, ya que Carlos recogía la posición de los consejeros más ultrarrealistas y Francisco una posición algo más moderada sin llegar en ningún caso a posiciones liberales, y siempre apoyando a su hermano Fernando.
Sin embargo, Fernando VII, cuando tuvo noticia del proyecto, le ordenó que se retirara de esa aventura.
Durante su exilio parisino, los hijos varones de los infantes fueron al prestigioso Liceo Henri IV.
[13] Ejercía de bajo cantante en representaciones palaciegas junto a músicos profesionales.