Habiendo entrado a gobernar en tiempo de luchas intestinas (las guerras de religión), eligió cien caballeros para luchar contra las tropas protestantes y ensalzar la religión católica.
Del collar iba pendiente una cruz de oro esmaltada con ocho radios y en los ángulos flores de lis, llevando en el centro una paloma de plata.
Componíase esta orden de tres clases de individuos: grandes oficiales comendadores, oficiales y caballeros.
[2] La orden se suprimió con la Revolución francesa, en 1789, pero después fue confirmada por Luis XVIII y Carlos X.
Fue definitivamente abolida por Luis Felipe I en 1830, pero siguió siendo llevada y concedida por diversos pretendientes al trono de Francia.