Participa en 1794, con veintidós años, como capitán de infantería, en la campaña del Rosellón.
En 1811 fue nombrado capitán general de Cataluña, aunque fue sustituido tras el fracaso ante Mataró.
Tras la vuelta del rey Fernando VII a España solicita el traslado a Valencia, pero en 1817 se pronuncia en Cataluña junto al general Milans del Bosch a favor de la Constitución española de 1812, tras lo que fue hecho prisionero, mientras que Milans lograba escapar.
En 1820 con la instauración del Trienio Constitucional por una orden real se proclamó que «se devolvieran al general Lacy todos los honores, mandando colocar su nombre en el salón de Cortes como muerto en un patíbulo por la Constitución».
También se le dedica una calle importante en Alicante, junto al Palacio de la Diputación (CP 03003).