Las manufacturas reales (o reales fábricas)[1] fueron las instalaciones industriales que se fundaron por iniciativa de los monarcas absolutos durante el Antiguo Régimen, como resultado de la aplicación de la política mercantilista.
El ejemplo más claro es la política de Jean-Baptiste Colbert en Francia durante el reinado de Luis XIV (manufactura de los Gobelinos, a partir de 1662, dedicada a tapices, alfombras y otros textiles),[2] de modo que puede llamarse colbertismo a esta política económica.
La llegada a España de la casa de Borbón en el siglo XVIII hizo que se aplicara dicho modelo con las Reales Fábricas.
Estas se dividían en dos grandes categorías: aquellas fundadas por la Corona y aquellos negocios privados ya existentes a los que se les otorgaba dicha categoría.
La Real Compañía de Hilados de Algodón del Principado de Cataluña (1771) estuvo en el origen de la industria textil catalana (indianas)[4] y terminó constituyéndose en la organización patronal privada Fomento del Trabajo Nacional.