El gobierno de España temió perder los territorios próximos a la frontera francesa.
La fábrica de armas cuya fachada principal, con su portería, se ha convertido en punto referencia indiscutible para la localidad.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) le dio un nuevo impulso, con la consiguiente erección de nuevos talleres, edificios administrativos; se ubicaron en el barrio del Soto las viviendas de la jefatura, el casino y la iglesia y un pequeño parque.
El Carro Ligero Trubia fue la apuesta española, desarrollado y producido enteramente en la fábrica de armas asturiana.
[4] Fue la mejor época de Trubia; en los años cincuenta, esta se sumergió en una tozuda decadencia, que aún hoy continúa.