Fue construido en 1914, por el empresario murciano, José García Martínez,[2] bajo las indicaciones de José Antonio Rodríguez Martínez, arquitecto municipal de la ciudad entre 1902 y 1925, del que nos han llegado obras tan singulares como la Casa Díaz-Cassou, la Casa Cerdá o el edificio de la Convalecencia, entre otros del modernismo murciano.
[5] Finalmente, tras la crisis económica que produjo la Guerra Civil, las industrias cerraron y el edificio pasó a acoger viviendas particulares.
Personalidades como el piloto e historiador Ramón Salas Larrazábal, el poeta Dictinio de Castillo o los lingüistas Manuel Muñoz Cortés y Margarita Zielinski vivieron en el edificio.
El cuerpo menor orientado hacia el norte tiene forma de U con aproximadamente 37 m a cada lado, con cinco pisos en altura y entresuelo.
La fachada busca una solución de ladrillo visto con ventanas rectangulares dispuestas en vertical.
El edificio es por lo general austero en decoración, como era común en las construcciones industriales de esta índole.
Tan solo en la fachada principal, encontramos tres hileras de amplios balcones con enrejados.
Solamente el primero desde abajo, se encuentra hermosamente decorado con acantos retorcidos formando unas composiciones geométricas, muy características del arte modernista.
Los edificios de esta índole y gran envergadura para la época, pudieron popularizarse gracias al desarrollo del ascensor eléctrico.
El inferior liso y el superior con decoración epigráfica, donde indica su antigua pertenencia a la fábrica de sedas.