Su figura preside el ingreso a la plaza de Santo Domingo desde la Gran Vía Alfonso X.Su popularidad hizo que fuera elegido para llevar a cabo las obras de la Casa Cerdá, que tuvieron lugar entre 1934 y 1936, siendo de hecho su última gran obra.En él destaca la colocación de pilastras adosadas al muro en color blanco, cuya función es puramente ornamental.El espacio entre las pilastras queda ocupado por ventanas cerradas con balcones de forja.Por último, el edificio queda rematado con una nueva balaustrada y un templete circular.