Su altitud es de 88 metros y presenta un clima oceánico, con temperaturas suaves todo el año e inviernos lluviosos.
Existe una industria láctea y otra textil que emplean a unos 20 trabajadores cada una.
Un año antes, en 1834, se aprueba la construcción del camino real entre Ramales y San Vicente de la Barquera.
En todo el municipio de Riotuerto y limítrofes, aún son comunes apellidos como Arche, Baldor o Valdor, Del Val, Bernó, Guate, Lombó, Marqué, Oslé o Uslé, Otí, Rojí, Roqueñí, Sart, etc.
Aún a pesar del desarrollo que supuso para el pueblo la fábrica de cañones, esta no fue bien vista por muchos.
Las limitaciones y prohibiciones que impuso la Real Fábrica a sus vecinos hizo que creciese su animadversión a los Altos hornos, influida además por el acceso muy restringido a las instalaciones, los privilegios de algunos de sus operarios y el secretismo que tenía por poseer importancia militar.
[4] El complejo, surgido durante la Primera Revolución Industrial, se compone de un edificio y junto a él se alza su monumental chimenea exenta, sobreelevada y construida en ladrillo, que permitía evacuar los humos de las calderas por un conducto subterráneo.
Junto a ella se encontraba una imponente presa en el río Miera capaz de proporcionar energía hidráulica y que antiguamente era utilizada para mover las máquinas que perfeccionaban la artillería.