El propio rey Luis IX de Francia había perdido la vida durante la octava Cruzada.
[8] Carlos VIII hizo que el papa Alejandro le entregara al propio hermano del sultán Bayeceto, Djem.
La ocupación militar de Nápoles fue la ocasión para que muchos soldados contrajesen un mal entonces desconocido: la sífilis.
Mientras tanto, los franceses que quedaban en las ruinas del reino de Nápoles luchaban por conservar la posesión.
Esas fortalezas finalmente se vendieron a Lucca, Venecia, Génova o Pisa, tras la traición del comandante francés en la Toscana, Robert de Balzac.
Carlos VIII se vio obligado a devolver los préstamos florentinos y no recibió nuevos fondos de esa ciudad.
El ejército del conde, compuesto en gran parte por mercenarios alemanes e italianos, a menudo faltos de alimentos y sin recibir su paga durante mucho tiempo, se dejó encerrar por Fernando II en la pequeña ciudad de Atella.
Por ello, Carlos se sintió seguro para obtener el reino por las armas, y emprendió los preparativos para la campaña.
Después los franceses vencieron con facilidad la resistencia que ofrecieron los dos contingentes enviados por Nápoles y el Papado como contraofensiva.
Intentando negociar, el Papa accedió solo a lo segundo, aunque César logró después huir de Roma.
Contestó Carlos, con expresión de desprecio, que primero tomaría Sicilia Citerior y después, tal vez, hablarían.
Fonseca reaccionó airadamente rompiendo frente a su interlocutor el documento, lo que causó un gran revuelo entre los presentes, y abandonó la reunión.
A la creación de esta alianza contribuyeron las violencias y saqueos que ejercían las tropas francesas en las poblaciones ocupadas.
Él mismo reclutó hombres en Cartagena, la mayoría con experiencia en las recientes guerras contra Granada y Portugal.
Estableció su cuartel general en la fortaleza de Reggio y mandó ocupar con pequeñas guarniciones las plazas cedidas por Ferrandino al Rey Católico.
Tras evaluar la situación, Córdoba comprendió que no era conveniente combatir en campo abierto con su rival, pues en tal circunstancia la experimentada y eficaz caballería pesada gala era muy superior a las tropas españolas.
Sin embargo estas eran notablemente hábiles en la guerra de guerrillas (que habían practicado recientemente en Granada): escaramuzas, emboscadas, ataques por sorpresa, nocturnos, etc.
Y en calidad de mando supremo, ordenó al español (junto a sus hombres) que le secundara en la inminente batalla.
El enfrentamiento se dirimió junto a un tramo vadeable del río Petrace, cuyas orillas ocupaban los respectivos contrincantes.
Finalmente, D'Aubigny dio por bueno el resultado y dejó marchar a los hispano-sicilianos, que se refugiaron temporalmente en Seminara.
Ahora, además, contaban aquellos con el recién llegado refuerzo de trescientos peones gallegos.
Tras evaluar la situación, a Gonzalo le llamaron la atención unos molinos mediante los cuales los sitiados obtenían agua y harina, lo cual les permitía prolongar por más tiempo el cerco, a la espera de una posible llegada de auxilios exteriores.
Salió entonces de la ciudad la caballería pesada gala, y el Gran Capitán reagrupó todas sus fuerzas para hacerle frente.
Tras un nuevo choque, aquella fue cediendo terreno, y finalmente optó por refugiarse en la ciudad, logrando así los españoles apoderarse de los molinos.
La enfermedad afectó al propio Montpensier, quien moriría más tarde a causa de ella.
A pesar de que Fernando el Católico, a través de su hermana la reina Juana, le recordó al papa Alejandro VI sus derechos al trono, este decidió tomar partido por el tío del fallecido, Fadrique.
Hacia febrero, la situación derivada de esta carencia era muy preocupante, y por ello Alejandro VI solicitó la presencia del Gran Capitán.
Seis días después, los vencedores, exhibiendo cautivo al corsario, desfilaron por la Ciudad Eterna, siendo aclamados por sus habitantes.
El papa recibió ceremonialmente al Gran Capitán, a quien concedió la Rosa de Oro, máxima condecoración pontificia.
Por otra parte, la Liga se deshizo cuando Roma y Venecia buscaron por su cuenta un acercamiento a Francia.