Guerra italiana de 1499-1501

El enfrentamiento habido en la anterior guerra entre Francia y la Santa Sede se vio superado por los intereses comunes.

Luis XII había renovado los tratados que sus antecesores mantenían con Suiza para levar mercenarios para su ejército.

[6]​ A su vez, el duque de Milán Ludovico Sforza intentó sin éxito pactar alianzas con terceros que acudiesen en su ayuda.

[7]​ Solo los turcos del sultán Bajazet, siempre dispuestos a colaborar con cualquier enemigo de Venecia, aceptaron ayudarle atacando por Dalmacia, distrayendo así al ejército veneciano.

Ante el rápido avance de los franceses, el jefe del ejército milanés Galeazzo Sanseverino, que había salido a su encuentro con 1.600 lanceros, 1.500 hombres de caballería y 10 000 soldados italianos, se retiró a Alessandria della Paglia, donde fue sitiado.

Sanseverino abandonó la ciudad dejando tras de sí a sus tropas, y volvió hacia Milán.

Sin embargo, cuatro días después da Corte entregó el castillo y las tropas francesas ocuparon Milán.

Los mercenarios suizos en el bando de Sforza se negaron a luchar contra sus compatriotas en el bando francés, y presentaron su rendición a cambio del pago de sus soldadas atrasadas, que los franceses satisficieron.

[20]​ Abandonado por sus soldados, Sforza fue hecho prisionero y conducido a Francia, donde moriría ocho años después.

[21]​ Su hermano el cardenal Ascanio Sforza acudió en su ayuda desde Milán con 600 caballeros y un número considerable de estradiotes.

En noviembre Faenza gobernada por Astorre III Manfredi fue sitiada, pero los rigores del invierno y la tenaz resistencia que ofrecieron sus pobladores obligaron a aplazar el asedio.

Después marchó hacia Florencia, y de allí se unió al ejército francés que iba a Nápoles.