Fue este una compañía de caballos ligeros, que al mando del capitán Francisco Valdés trajo desde Italia acompañando al rey Fernando II.
Estaba formado y organizado del mismo modo que los cuerpos de esta clase, que al servicio de los venecianos militaban en la Morea y Albania.
Sus armas defensivas eran un bacinete y el alpartaz sobre el cual llevaban el ojaco, que no era otra cosa que el jaco o jaquetón, y las ofensivas lanza, espada y martillo de armas.
Había en cada compañía una sección de escopeteros.
Los caballos llevaban media silla y freno-gineta.