En 961, el emperador Otón I decidió reestructurar la frontera con Francia y dividió la Marca de Ivrea en varios marquesados.
Guillermo se involucró en la política italiana de Conrado III y el emperador bizantino Manuel I Comneno, mostrándose como un activo líder gibelino.
Desde entonces, los marqueses de Montferrato intentaron recuperar este reino para sus dominios, pero nunca lo consiguieron.
Para entonces el marquesado se había transformado profundamente, pasando de ser un conglomerado de estados feudales fronterizos a ser un pequeño Estado del Renacimiento italiano, dividido en dos territorios separados.
Además de la capital, sus principales municipios eran Acqui Terme, Moncalvo, Nizza Monferrato y Pontestura.