Luis VII de Francia

Este ventajoso matrimonio le proporcionó un dominio real casi triplicado ya que la joven esposa aportó con su dote la Guyena, Gascuña, Poitou, Limosín, Angoumois, Saintonge y Périgord, es decir, una parte del Midi y del oeste de Francia, equivalente a 19 ciudades actuales.

El carácter del rey, devoto, ascético (quería ser monje) ingenuo y torpe, poco enérgico e indeciso, se aviene mal con el carácter fuerte de Leonor; sin embargo, los diez primeros años parecen discurrir sin problemas.

Continuó con la misma política llevada por su padre y revalorizó el dominio real.

Hizo múltiples concesiones a las comunidades rurales, fomentó la agricultura y favoreció la emancipación de los siervos.

El papa excomulga a Luis y Pierre de la Châtre se refugia en Champaña.

En 1146 el rey toma la cruz, a la vez que numerosos barones, durante la asamblea de Vézelay.

Salen de Metz y pasan por el valle del Danubio, donde son recibidos por la armada del emperador que ya los aguardaba en el reino de Hungría.

Raimundo esperaba que Luis VII le ayudara a combatir al enemigo que le había despojado de algunos de sus territorios, pero el rey sólo pensaba en ir a Jerusalén.

En junio de 1148, intenta tomar Damasco, ante la que su armada está esperando.

La pareja real permanece un año en Tierra Santa antes de volver por mar, y por separado, a Francia.

Finalmente cuatro caballeros fieles a Enrique II asesinan al arzobispo.

Al día siguiente, es inhumado en la abadía real de Saint-Port en Barbeau que él fundó cerca de Fontaine el Port, a orillas del Sena, entre Melun y Fontainebleau.

Necesitó la colaboración de tres grandes reyes: Felipe Augusto, Luis VIII el León y San Luis, para enderezar la situación y llegar a minimizar las consecuencias de aquella equivocada decisión.

Géza II de Hungría y Luis VII de Francia. Imagen de la crónica ilustrada húngara. Siglo XIV .