La lengua cuenta con diversas variedades con sus propias denominaciones, fruto del aislamiento de las poblaciones por la geografía, como cabreirés, sanabrés, berciano, paḷḷuezu, pixueto, etc.).En las lenguas asturleonesas concurren, por partida doble, rasgos marcadamente conservadores, como el mantenimiento de los grupos AI, AU y MB junto a otros disgregadores del sistema latino, como es la transformación del vocalismo originario hacia un sistema de diptongos.Kurt Baldinger, Krüger, Menéndez Pidal y otros autores han destacado la importancia del río Sella como límite lingüístico de estos dos mundos.Señala así Menéndez Pidal en Orígenes del español: “El límite de f y h hacia las fuentes del río Sella es, pues, un límite antiquísimo y estacionario o casi estacionario”.Por otra parte, la situación periférica del noroeste peninsular determinaría también que, una vez adoptado el latín, se mantuvieran conservadoramente muchas palabras latinas que solo perduran como palabras populares en el noroeste; así, p.culmus ‘tallo’ es en portugués colmo, en asturiano cuelmu (véanse las formas reunidas por Corominas y FEW; a causa del diptongo ue, que solo puede deberse a una ŏ, supone Corominas un celta 'kŏlmos', ZCPhil 25, 1956, pág.ALIQUIS “como pronombre se guareció en un distrito alejado y conservador: el NO.En el vocabulario se hallan así elementos prerromanos procedentes de las más diversas capas, que sobrevivieron a la tardía romanización de esta zona, e incluso elementos preindoeuropeos que solo se habían conservado en la toponimia.Señala así Menéndez Pidal en Orígenes del Español: " ...la nota diferencial castellana obra como una cuña que, clavada en el Norte, rompe la antigua unidad de ciertos caracteres comunes románicos antes extendidos por la península y penetra hasta Andalucía, escindiendo la antigua uniformidad dialectal, descuajando los primitivos caracteres lingüísticos del Duero a Gibraltar, esto es, borrando los dialectos mozárabes y en gran parte también los leoneses y aragoneses, y ensanchando cada vez más su acción de Norte a Sur para implantar la modalidad especial lingüística nacida en el norte cántabro.La gran expansión de la lengua castellana no se realiza sino después del siglo XI, es decir, después de la fecha que nos hemos impuesto como término a este estudio.[23] Es por tanto, una lengua que se emplea a nivel administrativo, público y privado: testamentos, aforamientos, cartas de venta, sentencias judiciales, todo en este periodo está redactado en romance asturleonés.[24][25] En este periodo se percibe un acercamiento hacia la consecución de una homogeneización lingüística que pudiera tener un uso cancilleresco.Esta visión, no compartida actualmente por la comunidad lingüística, queda plasmada en las palabras de Pidal al decir que los textos literarios y los diplomas notariales 'leoneses' no concuerdan en su testimonio; ni aquellos ni estos reflejan con suficiente fidelidad el dialecto leonés hablado; y en los textos literarios, especialmente, se ven luchar dos influencias, literarias también, y enteramente opuestas, la galaico-portuguesa y la castellana, que no se ejercieron de igual modo, ni mucho menos en la lengua hablada.[35] En la Edad Moderna la producción en leonés se centra en el campo literario donde autores como Juan del Enzina, Lucas Fernández o Torres Naharro publican obras utilizando el leonés, especialmente las centradas en las églogas.Esta tradición literaria fue continuada durante el siglo XIX por autores como Xuan María Acebal, José Caveda y Nava, Teodoro Cuesta, Pin de Pría o Fernán Coronas.Así en su artículo 4 se previene que «el bable gozará de protección, se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando en todo caso las variantes locales y la voluntariedad en su aprendizaje».[43] Lingüísticamente se considera que dentro del dominio lingüístico asturleonés, las denominaciones conocidas como leonés, asturiano o mirandés forman parte de una macrolengua, entendida como una lengua que existe en forma de diferentes variedades lingüísticas,[44] en donde los trazos isoglóticos, especialmente en el vocalismo y en los grupos cultos, evolucionan de occidente a oriente compartiendo así algunos rasgos con el galaicoportugués y el castellano en las variedades de tránsito eonaviega y montañesa.[47][48][49][50] No existe un estudio que determine con exactitud el número de hablantes patrimoniales del dominio lingüístico asturleonés, ya que en la zona leonesa no se han realizado investigaciones estadísticas.