Francisco Fernández de la Cueva y Enríquez de Cabrera

Comenzó su carrera militar a los dieciocho años, cuando Felipe IV le escribió solicitándole cuantas piezas pudiera enviar de la vasta armería que se custodiaba en su castillo de Cuéllar, para armar a los soldados que combatirían en el Sitio de Fuenterrabía.

Los españoles salieron victoriosos de la batalla, dejando liberada la plaza.

El duque, teniendo en cuenta el momento que vivía la guerra en Flandes contra los franceses y holandeses, se ofreció al rey para formar parte de la defensa de aquellas plazas, solicitud que fue aceptada.

Con este nombramiento accedió a un tercio español, aquellos que tantas victorias reportaron a la Corona española desde los tiempos del gran capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba.

El duque se distinguió subiendo por las fortificaciones enemigas en pleno día, rompió los regimientos de Bresse y Piamonte, y ganó con sus tropas siete de las diez piezas de artillería que se capturaron en la batalla, asegurando la victoria con sus acertadas disposiciones.

En cuanto al duque, su actuación como jefe la Caballería de la Izquierda fue muy controvertida.

Más tardíamente, la Duquesa de Alba dio a conocer la correspondencia del duque conservada en su casa en relación con dicha batalla, cuyo desarrollo fue completamente adulterado por los franceses para tornar en una victoria definitiva y resplandeciente el primer éxito militar conseguido bajo la égida del todavía niño, pero ya rey, Luis XIV.

La infantería española no fue aniquilada en aquellos campos; en cambio, los franceses, hubieron de formar un nuevo ejército para continuar la campaña, saldada con la conquista de dos plazas menores y periféricas: Sierk y Thionville.

Llegaba, como los anteriores virreyes, con una ayuda económica para los costes del viaje, establecida por el rey.

En su tarea fundadora y poblacional, envió cien familias a Nuevo México, y entre otros lugares fue fundada la villa de Alburquerque en su honor, que posteriormente perdería la primera erre, dando lugar al nombre de Albuquerque, llamada así en su honor.

Por otra parte, apoyó en gran medida, las misiones jesuitas en California.

Respecto a la economía, acuñó monedas de oro del prestigioso cuño mexicano, y recaudó cuidadosamente las rentas reales, que remitió a España en grandes cantidades de plata.

Tenía costumbre de pasear diariamente por las calles de la ciudad, y generalmente recorría el trayecto entre su residencia, el Palacio Virreinal y la catedral.

Inmediatamente la guardia del virrey inmovilizó al agresor, Manuel de Ledesma y Robles, de quien más tarde se supo que sufría trastornos mentales.

[10]​ Fue nombrado Virrey de Sicilia en 1667, cargo que ocupó hasta 1670.

Bandera de su tercio.
Castillo de Castelet ( Le Catelet ).
Vista aérea de la ciudad de Albuquerque ( Nuevo México ).
Catedral de México , en cuyas obras puso especial interés el virrey duque de Alburquerque.
El duque custodió a Margarita de Austria hasta Trento para su matrimonio con Leopoldo I .
Repostero del siglo XVII que porta las armas del matrimonio: las de Francisco a la izquierda ( Casa de Alburquerque ), y las de Juana Francisca a la derecha ( Casa de Cadreita ). En la actualidad se conservan una decena que decoran el castillo de Cuéllar , una de sus propiedades.