Tres años después de que su padre falleciese, la madre volvió a casarse (1625) con Francisco Dávila Guzmán y Velázquez de la Torre.
El Tercio es rápidamente recompuesto y puesto al mando del recién nombrado Maestre de Campo don Alonso Pérez de Vivero y Menchaca (1636).
En aquellos momentos el Tercio operaba con unos 1000 infantes y 300 de caballería.
Los que quedaron terminaron por rendirse tres días después en La Granada, cerca de Villafranca del Panadés.
Felipe IV se negó a reembolsarle su rescate ya que, más tarde, hubo un canje de prisioneros entre franceses y españoles verificado en julio de 1643.
El marqués, considerando esto como una ofensa y falta de aprecio a sus servicios decide retirarse de la carrera militar y vida cortesana.
Durante su retiro se dedicó al patrocinio de actividades literarias, siendo posible que inspirarse al propio Lorenzo de Ceballos y Arce a escribir su relato (ver bibliografía) sobre las campañas en Flandes donde él participó.
Casó con doña Andrea Agramonte y Velasco, teniendo como único hijo a Francisco Ramírez de Saavedra y Agramonte (f. c. 1720), II marqués de Rivas.