Pocos días después, con la ayuda del ejército francés, la Generalidad obtuvo una importante victoria militar en la batalla de Montjuic del 26 de enero de 1641, y las tropas castellanas se retiraban a Tarragona.
Felipe IV manda 4500 hombres dirigidos por Gerolamo Maria Caracciolo, el marqués de Torrecuso.
Por orden de Philippe de La Mothe-Houdancourt, las tropas que se marchaban hacia el Rosellón fueron interceptadas en Montmeló por la caballería francesa, que salió de Barcelona el 28 de marzo, causando bastantes bajas entre los españoles.
Los supervivientes se retiraron en dirección a Tarragona, siendo perseguidos por las tropas de Philippe de La Mothe-Houdancourt y finalmente se rindieron el 31 de marzo tras la batalla de La Granada, que provocó que la falta de refuerzos hiciera caer Colliure, Perpiñán y Salces.
Las tropas francesas continuaron avanzando hasta conquistar Monzón e intentarlo sin suerte con Tortosa.