Por otra parte, Guillaume Apollinaire le atribuye la invención del fauvismo a Henri Matisse y André Derain.
[10][11] Otra posición afirma la existencia de «un triángulo esencial del fauvismo»[12] compuesto por Matisse, Derain y Maurice de Vlaminck, y que, al debilitarse esa unión, se desvaneció progresivamente el movimiento.
John Elderfield menciona estas dos afirmaciones: la publicación en el periódico y la anécdota dicha por Matisse sobre la frase.
Una relación muy activa, en varios ámbitos del arte, tanto de artistas franceses y residentes extranjeros.
[22] La crítica de arte dedicada al salón artístico de ese año, por Louis Vauxcelles menciona 18 salas,[14] Además se debe tomar en cuenta por otra parte que “solo tres de los seis artistas que agrupaba L'lllustration estaban representados en la famosa Salle VII: Matisse, Derain y Manguin.
Con ellos estaban Marquet, Camoin, Vlaminck y algunos otros; Puy estaba en la Salle III con los nabis, mayores que él, Vuillard y Bonnard entre ellos; Rouault estaba en la Salle XVI con algunos realistas de influencia cezaniana, como los clasificó Vauxcelles, que apuntaba el contraste entre su obra y la de Rouault.
La obra temprana de los fauves debe estudiarse en este contexto más amplio.
[25] El uso de colores intensos por sí mismo, no es característica única para clasificarlo dentro del movimiento fauvista,[26] por otra parte.
La utilización subjetiva del color y la simplificación del dibujo empleados por Matisse sorprendieron a todos cuando fue expuesto por primera vez, mientras que su desinterés por el acabado y sus colores chillones le granjearon el desprecio de la crítica cuando expuso sus paisajes, pintados en Colliure, en el Salón de Otoño de 1905.
Allí también se expuso el Retrato de la Señora Matisse o La Raie Verte (La línea verde) donde se interpretó por críticos como una caricatura a la feminidad y una excentricidad en la pintura de retrato.
[cita requerida] Los maestros Charles Lhuillier, Eugene Carriere y Gustave Moreau, fueron influencia formativa para algunos del grupo de fauves ya que tuvieron formación en el estudio o la academia con estos maestros.
Y una tercera agrupación, los últimos en llegar al grupo, desde El Havre fueron Emile Othon Friesz, Raoul Dufy y Georges Braque, ellos tuvieron[33] en común como profesor a Charles Lhuillier en la Escuela de Bellas Artes de Le Havre.
Para los fauvistas el cuadro debía ser expresión, no composición y orden.
Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou,[40] París, Francia.
Otro artista que pudo haber influido según André Salmon en una crítica que hizo en 1912 "se preguntaba si el fauvismo habría podido alcanzar la plena manifestación de su color sin la influencia de Redon".
[6] En la obra de Matisse y Derain, por ejemplo este último sentía que la luz meridional aplasta los volúmenes.
El marchante Ambroise Vollard ayudó y conoció a varios integrantes del grupo, como anécdota, con André Derain le dio apoyo para que fuera a Londres aprovechando el auge que todavía tenía el impresionismo en ese lugar y a la vez realizar unos cuadros[48] por encargo.
[49] Por otra parte cede espacio en su galería para la primera exposición individual a Kees Van Dongen[50] y Matisse.
[50] El marchante Wilhelm Uhde que albergó en su galería obras de este movimiento.
Además por distintas situaciones estos artistas tuvieron otros encuentros con el arte africano.
En la actualidad, los museos en su papel de divulgar, investigar, educar, preservar su aporte cultural da a conocer por Internet su importante valor.
También hay exhibiciones de destacables organizaciones diplomáticas y culturales que se pueden mencionar.
Los aportes fueron directos o indirectos, más allá de su apogeo en Francia y no se puede determinar a ese país solamente.
Además no fue una causa exclusiva o única para las siguientes transcendencias: Otros artistas que no fueron del grupo principal del movimiento pero de fuerte influencia en Bélgica, España, Hungría y otros: Estos grupos de otra manera se conocen como fauvismo belga, fauvismo ibérico[127] como lo llamaría Gaya Nuño y el fauvismo húngaro,[cita requerida] respectivamente.
Por ejemplo el artista japonés Yoshio Aoyama que conoció a Matisse, en su estadía en París, específicamente en Niza.
[cita requerida] La artista francesa Émilie Charmy que trabajó estrechamente con Henry Matisse.