Los grabados en madera son generalmente pequeños y alcanzan una escala de grises con gran eclosión.
Como resultado, además de conseguirse un blanco sobre negro distintivo, las impresiones hechas con grabados en madera se deterioran a una velocidad mucho menor que las elaboradas con xilografía o con placa de cobre.
El grabado en madera fue desarrollado por Thomas Bewick, artista gráfico inglés que vivió entre los siglos XVIII y XIX.
Escher, grabador de madera holandés, trabajó con múltiples colores.
También desarrolló esta técnica Nicolaas Johannes Bernardus Bulder, en la provincia holandesa de Groningen.