Su padre arrendaba una pequeña mina de carbón en Mickleybank y envió a su hijo al colegio en Mickley.
Thomas fue un mal estudiante pero mostró a muy corta edad talento por el dibujo aunque no cursó lecciones de arte.
Parece que a continuación se dedicó completamente al grabado en madera y en 1775 recibió un premio de la Sociedad para el Fomento de las Artes y Manufacturas por el grabado en madera del "Huntsman and the Old Hound".
SusSelect Fables (1784), contenían grabados que eran muy superiores a cualquier otro realizado hasta el momento.
Su autobiografía, Memoirs of Thomas Bewick, by Himself, apareció en 1862, poco después de su muerte.