La copia original del acta se encuentra custodiada en el Archivo Municipal de Lima.[4][5] El mismo San Martín reconoció posteriormente que si no hubiera sido por el apoyo masivo del norte peruano, se habría visto en la necesidad de volver a Chile para reorganizar sus fuerzas, ya que estas eran inferiores a las fuerzas virreinales.[6] Lima, la capital virreinal, se vio amenazada por el avance del ejército libertador y el acoso de las montoneras patriotas, que estaban conformadas mayormente por personas andinas (llamados “indios” por los españoles y criollos).Las tropas realistas no contaban con recursos y los patriotas ya habían conseguido importantes victorias al interior del país (como en Cerro de Pasco), en tanto la población entera reclamaba la presencia del libertador.Muchos vecinos españoles y criollos se trasladaron entonces a dicho puerto, buscando amparo en la Fortaleza del Real Felipe.San Martín aceptó y ordenó a las montoneras que se retiraran varias leguas lejos.En la noche del 12 de julio lo hizo el mismo general San Martín y dos días después todo el Ejército Libertador.Ese mismo día, 14 de julio, San Martín, instalado ya en el palacio virreinal, invitó al Cabildo o Ayuntamiento a jurar la independencia.[12] Reunido el cabildo, el pueblo limeño se agolpó en las afueras del edificio, gritando su adhesión a la causa independentista.En total, la firmaron ese día 339 hombres de la ciudad, considerados “vecinos ilustres”.Según el historiador Timothy Anna, la gran mayoría firmó por miedo a las tropas de ocupación.No sería sino hasta la Batalla de Ayacucho en 1824 y la capitulación cuando se pondría fin a la dominación española en el Perú.