Combate de las Vegas de Saldías

[23]​ El hambre no solo era causada por los ladrones, también por «contratistas» que exigían precios exorbitantes para enviar comida al sur.[26]​ El jefe monárquico estaba decidido, esta vez no atacaría Concepción, marcharía directamente sobre Santiago, pero antes debía vencer a la fuerte división que Prieto tenía en Chillán.[46]​ Se ordenó a Cruz atacar la retaguardia realista con su escuadrón de cazadores, que estaba en Rere, pero los guerrilleros de esa localidad, Dámaso Morales y José Quezada, cubrieron los vados del Laja y Biobío para impedir la retirada a los patriotas.Prieto salió a esperarlo en las zonas entre el monte y la villa, pues estaban inundadas por lluvias primaverales y sólo se podía atravesar por pocos puntos,[3]​[54]​ además, el coronel debía intentar compensar su inferioridad numérica, pues apenas contaba con 600 soldados.[55]​ Se decidió enviar una carta al coronel patriota convocándolo a luchar en campo abierto en dos horas con la esperanza que abandonara sus sólidas posiciones, pero Prieto ni siquiera le contestó.[56]​ Fue entonces cuando el caudillo se retiró a Cato (o Coto), al parecer buscando refugio en la cordillera, pero Prieto no le persiguió sabiendo de su inferioridad numérica.[68]​ Feliú Cruz reduce estas últimas unidades a siete pero mantiene el número de jinetes por escuadrón.[70]​ En cambio, la historiadora argentina Emilia Riquelme Cortés analiza este informe: «se debe considerar que en esta cuenta no estaban incluidas las partidas indígenas y de formación mixta aliadas que sumaban otros cientos de hombres».[71]​ Sin embargo, indica que no es totalmente fiable, pues los comandantes realistas pudieron exagerar sus fuerzas para darse credibilidad o solicitar más auxilios.[78]​ Existe un acuerdo en que eran muy indisciplinados pero hábiles en el saqueo,[80]​[81]​ expertos aquel tipo de guerra «exterminio y desolación».[77]​ Otro historiador chileno, Osvaldo Silva Galdames, creía que las guerrillas de Benavides sumaban unos 3000 montoneros en total.[14]​ Sus tropas incluían las tripulaciones de barcos que había capturado en los meses previos, cuando hizo piratería en las cercanías de la isla Mocha; para impedir deserciones, había fusilado a los capitanes y todo marinero que se negó a servirle.[8]​ Según Vicuña Mackenna, más que ejército parecían un convoy de armas guiados por un capataz.[101]​[102]​ En Concepción el coronel Juan de Dios Rivera tenía 1015 soldados pero carentes de armas, caballos, municiones y armas adecuadas, al igual que todas las fuerzas patriotas del sur, lo que motivaba a los soldados a pelear para obtener provisiones según Vicuña Mackenna.Sin embargo, Rubilar capturó fácilmente a 107 centinelas y su oficial al mando, Jacinto Ruiz, quizás se entregó.[108]​[109]​ Los monárquicos estaban atrapados con un estrecho desfiladero por un lado y un río salido de su curso normal por las lluvias al otro.Lentamente llegaron más cazadores y milicianos montados hasta que apareció el batallón Carampagne.[113]​ Las bajas patriotas fueron mínimas, ningún muerto y los únicos heridos fueron los que se golpearon con ramas de los árboles y el caballo de Manuel Bulnes, a quien se le escapó un tiro en el combate contra su propia montura.[115]​ Benavides huyó a Arauco con 15 o 20 fieles, que con el paso de los días se le agregaron dispersos hasta alcanzar los 100.[116]​ Benavides logró escapar con el escuadrón de Ferrebú, el único que se retiró intacto,[11]​ a los pocos días estaba al sur del Laja, pero cuando intentó reclutar un nuevo ejército apenas consiguió 300 hombres escasos en armas y equipos.[105]​ Además, promulgó un indulto que incluía a desertores y espías, rindiéndose más de 300 monárquicos, incluyendo 9 oficiales en Rere que llevaban al capitán del batallón Número 1 de Coquimbo, José María Calvo, capturado en Talcahuano dos años antes.[117]​ Poco después se hacían con las plazas de Arauco y San Pedro, importantes refugios enemigos.El capitán Calvo quedó a cargo de San Pedro y Cruz en Santa Juana.[120]​ Encina resume la importancia de la batalla y las campañas que vinieron inmediatamente después en: «Los realistas quedaban definitivamente aniquilados.Además, cuando en 1826 la isla fuera ocupada por los patriotas, podría haber marchado a España y los recuerdos de sus terribles montoneras estarían entibiados por el tiempo.[122]​ Sabiendo que Pico había navegado por la costa hasta Perú el año anterior, Benavides le pidió ayuda al corsario genovés Mateo Mainery a cambio de llevar a un hijo suyo llamado Bartolomé; también le pidió realzar los bordes de la chalupa, ponerle dos boyas y cuatro soldados para hacer de marineros, alférez José María Jaramillo y soldados Francisco González, José Ramírez y Pedro Sáenz.Sin embargo, éste fue con la verdad a los hacendados Ramón Fuenzalida, Aspillaga y Francisco Hidalgo, quienes informaron al juez José Antonio López de Lisboa para que reuniese una tropa, avisando también gobierno central y de Valparaíso e instruyendo a González para que le señalara al caudillo que no había peligro de acercarse a la costa.Pidió un hombre a caballo para mandar una carta al gobierno central, pero le dijeron que más tarde.Fueron llevados a una hacienda del pueblo bajo custodia junto dos baúles y las armas que tenían.[148]​ Con la restauración de la paz la población volvió a crecer hasta mediados del siglo XIX, cuando se inició la conquista chilena.