Luego del fin de la guerra, regresó a España con su familia, y vivió allí hasta su muerte.
Ocupaba aquel último cargo cuando Fernando VII murió y comenzaba una nueva guerra civil dinástica.
[11] Inmediatamente su retorno fue ascendido a mariscal de campo junto al también brigadier José Ramón Rodil y Gayoso, defensor del Callao.
Este monumento es considerado el único en América erigido a un gobernador español que luchó en el bando realista durante el proceso de emancipación americana.
[20] En 1931 el poeta chilote Antonio Bórquez Solar dedicó a Quintanilla dos poemas de su obra "Oro del archipiélago".
En la actualidad hay pequeñas calles en las ciudades de Ancud, Dalcahue y Castro que llevan su nombre.