Pedro Segura

Tras un exilio durante la Segunda República fue nombrado cardenal arzobispo de Sevilla, manteniendo en esta etapa relaciones ásperas con el dictador Francisco Franco.[nota 1]​[2]​[3]​ Se le ha definido como un hombre de fuerte carácter,[4]​ católico intransigente[5]​[6]​ e inmovilista.[21]​ Continuó estudiando en Comillas para doctorarse en Teología y Derecho Canónico,[22]​ consiguiéndolo en julio de 1908.[30]​ Entre 1917 y 1923 hubo una gran conflictividad social en España, dentro del periodo conocido como Crisis de la Restauración.El obispo Pedro Segura les esperaba en algunas de las localidades que iban visitando y recibió grandes elogios del monarca por su labor.[72]​ Domingo García, mexicano exiliado en Las Vegas, le escribió al cardenal Segura en noviembre de 1928 sobre la guerra cristera.En 1926 el arzobispo de Toledo Enrique Reig Casanova publicó sus Principios y Bases para la Acción Católica en España.En octubre el carden Segura y los demás arzobispos fueron a ver al presidente Dámaso Berenguer.El periódico La Libertad acusó al cardenal Segura de promover un "absolutismo teocrático" que llevaría a una guerra civil.[94]​[95]​ El ministro Fernando de los Ríos expresó su satisfacción y dijo que Segura no regresaría a España.Se le dieron instrucciones para que, en adelante, los obispos españoles procediesen al unísono en los asuntos delicados.Quiso que los obispos se pusiesen de acuerdo en una pastoral crítica con el proyecto constitucional.[104]​ Echeguren se dirigía a Francia para visitar al obispo exiliado Mateo Múgica.Manuel Fal Conde fue apresado en Sevilla con otros carlistas, acusado de haber participado en los hechos.El cardenal Segura le escribió a Fal Conde una carta de apoyo que fue interceptada por la policía y filtrada al diario Luz en septiembre.[119]​ Pese a esto, continuó con su correspondencia con Fal Conde y estrechó sus vínculos con el carlismo.[120]​ En julio de 1936 parte del ejército se sublevó contra el Gobierno y empezó la guerra civil española.También le adjuntó una nota con seis observaciones y siete consecuencias acerca de cómo debían encauzarse los asuntos eclesiásticos.En los últimos días del mes le dijo a Isidro Gomá que debía de derogarse toda la legislación republicana por ser antirreligiosa.Tras esta misa hubo un desfile ante una Cruz dedicada a los caídos situada en un muro del Alcázar, donde también se grabó el nombre de José Antonio.En ese acto Segura decidió no estar presente, enviado a su vicario Jerónimo Armario.Escobar era un católico convencido, algo que no había ocultado durante la guerra civil en la zona republicana.Segura había alegado mal estado de salud para ver la procesión a su paso por la catedral, que se encuentra junto al palacio arzobispal.En dicha pastoral dijo que exhibir o presenciar la revista teatral La blanca doble era pecado mortal.[186]​[187]​ La blanca doble se representó en Sevilla a finales de 1948 y el cardenal Segura cuestionó públicamente la catolicidad del Estado.El cabildo insular y muchos ayuntamientos canarios pidieron al nuncio la sustitución de Pildain.Segura aprovechó para hablar en la Secretaría de Estado del Vaticano con Montini y Tardini.[215]​ Segura adujo defectos de forma en la comunicación del hecho para seguir actuando como antes.La superiora recurrió al coadjutor Bueno Monreal, que suspendió la orden porque se había hecho sin expediente canónico.Este monumento, situado sobre un cerro, fue encargo por el cardenal al arquitecto sevillano Aurelio Gómez Millán y terminado en 1948.
El cardenal Segura en mayo de 1936.
El cardenal Segura es saludado por un policía municipal de Sevilla, alrededor del año 1950.
Puerta de la cripta donde está enterrado Segura.