Lagunilla (Salamanca)

Vestigios suyos son los Castros y túmulos sepulcrales que se encontraron en ciertas fincas del Valle de Hornacinos.

Siglos más tarde, en 1273, cuando Alfonso X el Sabio crea el Concejo de la Mesta, la calzada cobra gran importancia comercial con la trashumancia, al trasladarse los rebaños del norte a tierras extremeñas.

Volviendo al poblamiento del Valle, algunos arqueólogos opinan que ciertos núcleos urbanos romanos que no se han encontrado, podrían ser localizados en Hornacinos, pues el historiador Plinio el Viejo, entre los 37 estipendiarios, solo habla de 19.

Aunque parte de la Península no ofreció gran resistencia a la dominación roaman, sí la hubo en esta zona perteneciente a Lusitania, que al mando de Viriato se levantó contra las legiones romanas, manteniéndolas en jaque durante cierto tiempo.

Leyendo al historiador Cea Bermúdez se dice que Viriato en el año 139 a. C., se refugió en Béjar, estableciendo sus campamentos por los alrededores, que pudieron ser también el origen de colonias y pueblos.

También los árabes encontraron en la belleza y tranquilidad del Valle de Hornacinos un motivo para quedarse.

En realidad esta zona de la Transierra fue durante largos períodos, lugar de enfrentamientos continuos entre árabes y cristianos en sus ataques de conquista por avanzar, unos hacia el Norte y otros hacia el Sur, haciendo que quedara muy despoblada y que tanto costó a muchos reyes posteriores repoblar.

Pero la batalla más importante fue la que se libró en 1022 cerca de las orillas del citado río.

Las tropas cristianas al mando de Laín el calvo (quinto abuelo del Cid), se situaron en dos cuerpos, uno en un montículo cubierto de espesos robles, donde construyeron una fortaleza llamada "Cerro" y el otro en otra elevación, donde construyeron un fortísimo castillo que llamaron "Veto a Coto", que luego fue destruido por Alfonso VIII de Castilla, hacia 1211 para que no fuera tomado por los musulmanes.

La gran batalla se dio el 14 de septiembre, luchando 30.000 cristianos contra 48.000 moros.

pasando el arroyo de Hornacinos y tras una encarnizada lucha, tuvieron que retroceder los moros a la otra orilla del río.

Tal vez fue algún grupo morisco de los que se quedaban en los pueblos, aparentando abrazar la fe cristiana, durante la Reconquista, aunque no debieron quedarse hasta la expulsión decretada por Felipe III en 1609 (expulsión de los moriscos).

En 1157, con la muerte de Alfonso VII el Emperador, se separan Castilla y León.

Surgen las defensas en los límites de uno y otro fortaleciendo las que quedaban en la invasión árabe.

Hasta 1576 los viudos podían permanecer en la iglesia con los sombreros puestos, enfundados en sus capas, sentados sin moverse.

A finales del pasado siglo, al derrumbarse unos casillones de El Pasil, se encontraron algunas piedras labradas y entre ellas, una con el escudo mencionado, procedente sin duda, del antiguo caserón palacio, destruido durante la Guerra de la Independencia.

Del concejo medieval a los ayuntamientos contemporáneos, este escudo es similar al que hay en Montemayor y muy parecido a otro existente en Baños, ambos son de la familia Flores, una de cuyas ramas radicó en Lagunilla desde el siglo XVII.

Así lo prueba la licencia que hubo de solicitar Doña Aldonza para construir el Hospital en 1695 y las escrituras del señor Obispo en 1700.

Un hecho digno de reseñar en estos años (1710) fue el paso por Lagunilla del rey Felipe V, en su camino hacia Ciudad Rodrigo.

Fueron superadas éstas, a través de los años, hasta que llega la democracia con sus primeras elecciones en 1979.

Respecto al año 2000, el censo refleja 640 habitantes, de los cuales 341 eran hombres y 299 mujeres.

En dirección noroeste surge una carretera local que une con Valdelageve y la Sierra de Francia.

Carlos I de España elevó en 1538 el señorío de Montemayor a la categoría de marquesado.
Representación heráldica del blasón aprobado