Crisis de la Restauración

Según el historiador Manuel Suárez Cortina, «los efectos sociales y políticos de la guerra representaron un factor decisivo en la crisis definitiva del sistema parlamentario tal como venía funcionando desde 1875.

Bajo estas condiciones, la modalidad clientelar y caciquil de la política española se descompuso.

[4]​ El rey Alfonso XIII también estuvo de acuerdo[5]​ y muy pocos se opusieron a la neutralidad.

[11]​ El gobierno de Romanones tuvo que hacer frente también a la creciente conflictividad social protagonizada por la CNT y la UGT, las dos grandes organizaciones obreras que habían nacido o se habían consolidado en esa segunda década del siglo, cuando «sus afiliados comenzaron a contarse por decenas de miles», como ha destacado Santos Juliá.

[12]​ En mayo de 1916 la UGT acordó en su XII Congreso llegar a un pacto con CNT para desarrollar acciones conjuntas.

[10]​ La huelga fue un éxito por lo que las dos organizaciones decidieron en marzo del año siguiente preparar otra, esta vez «indefinida» y, por tanto, «revolucionaria», cuyo fin sería «una transformación completa de la estructura económica del país y de la estructura política también».

[26]​[27]​ En este contexto de crisis política, la iniciativa la tomó el líder catalanista Francesc Cambó.

[27]​ El gobierno de Dato intentó desprestigiar la convocatoria presentando la reunión como un movimiento «separatista»" y «revolucionario», campaña que fue apoyada por la prensa conservadora.

Solo tuvo cierto seguimiento en Madrid, Barcelona, Valencia y los centros industriales del norte (Vizcaya, Guipúzcoa, Santander, Asturias), y no tuvo ningún impacto en el campo, lo que según Suárez Cortina, «habría de ser decisivo para que las autoridades pudieran sofocar de un modo eficaz la revuelta».

Además los sindicatos católicos condenaron el movimiento y jóvenes monárquicos se ofrecieron como voluntarios para que los servicios públicos siguieran funcionando.

[44]​ Cambó un mes antes de las elecciones escribía en una carta: «Es evidente que [García] Prieto se ha puesto de acuerdo con Dato y Romanones entrando Cierva en la combinación en algunas provincias», y como también había participado algún maurista, se había llegado a «un encasillado completo».

[46]​ Dada su fragmentación estas Cortes resultaron ingobernables porque en ellas ningún grupo disponía de una mayoría clara.

[51]​ Así fue como nació el llamado "Gobierno Nacional" que incluyó a todos los jefes de los facciones dinásticas —Romanones, Alba, García Prieto, entre los liberales; Dato, Cierva, junto con el propio Maura, entre los conservadores—, además del líder del catalanismo, Francesc Cambó.

Así resultaba inevitable la crisis del Parlamento:… desde 1914 ningún presupuesto pudo ser aprobado por no haber mayoría dispuesta a ello.

[57]​[58]​ A raíz del fracaso del «Gobierno Nacional» de Maura en el que la Liga Regionalista había participado con la intención de llevar a cabo la modernización del régimen, Cambó y la Liga dieron un paso más en sus demandas y organizaron una campaña en pro de la «autonomía integral» para Cataluña que, según Moreno Luzón, «conmovió hasta sus cimientos la escena política española».

Sin embargo, aunque las dos grandes organizaciones obreras españolas no se incorporaron al movimiento comunista, la Revolución de Octubre «actuó en España como un imparable mito movilizador que conmocionó durante años al obrerismo, arrastró a sus dirigentes y encandiló a las masas que intentaban encuadrar».

[78]​ En los años de la guerra mundial el movimiento obrero anarquista y socialista había experimentado un crecimiento considerable.

Se produjeron constantes huelgas de jornaleros que fueron respondidas con extraordinaria dureza por los patronos y las autoridades.

[88]​ Mientras tanto se había alcanzado un acuerdo entre la empresa y los trabajadores gracias a la labor del dirigente moderado de la CNT Salvador Seguí.

Le sustituyó el conservador Antonio Maura que aprobó la política de Milans del Bosch.

La CNT fue disuelta y sus dirigentes fueron encarcelados, mientras el Somatén se sumaba al mantenimiento del orden público en Barcelona.

El diputado republicano Francisco Layret llevó la cuestión del terrorismo patronal al parlamento lo que indujo al gobierno a relevar al capitán general de Cataluña Jaime Milans del Bosch, principal valedor de la vía represiva para solucionar el conflicto y que contaba con el apoyo incondicional de la patronal catalana —«Milans del Bosch no recibió castigo alguno sino un premio al pasar a desempeñar la jefatura de la Casa Militar del monarca, puesto en el que permaneció muchos años»—.

Según los datos de Eduardo González Calleja, citados por Javier Moreno Luzón, hubo 87 atentados en 1919, 292 en 1920, 311 en 1921, 61 en 1922 y 117 en 1923.

El ministro Juan de la Cierva y Peñafiel que acompañaba al rey intentó ocultar la gravedad de sus palabras facilitando a la prensa una versión edulcorada del discurso, pero pronto trascendió su verdadero contenido aunque circularon versiones distintas.

Esa fue la tarea encomendada al general Dámaso Berenguer, nombrado alto comisario español en Marruecos en 1919.

[108]​ «La ofensiva inesperada de los indígenas concluyó en una desbandada general del Ejército español en dirección a Melilla.

El derrumbamiento del frente tuvo como consecuencia la pérdida en tan sólo unos días de lo conseguido con graves dificultades durante años.

[112]​ El gobierno de Sánchez Guerra intentó hacer frente al creciente intervencionismo militar y se propuso someter a las Juntas de Defensa, llamadas entonces «comisiones informativas», al poder civil, contando para ello con la colaboración del rey.

Durante el debate liberales, republicanos y socialistas exigieron que se dirimieran también las responsabilidades políticas.

Asimismo, intentó reafirmar la primacía del poder civil sobre los militares en las dos cuestiones pendientes, Cataluña y Marruecos.

Retrato de Alfonso XIII vestido con el hábito de la Orden de Calatrava (1917).
Alfonso XIII de visita en París en 1913, un año antes del inicio de la Primera Guerra Mundial . Sentado a su lado el presidente de la Tercera República Francesa Raymond Poincaré .
Santiago Alba , ministro de Hacienda del gobierno del conde de Romanones que fracasó en su intento de establecer un impuesto extraordinario sobre los beneficios de la guerra.
Manuel García Prieto , presidente del gobierno que se opuso a la legalización de las Juntas de Defensa pero que se vio obligado a dimitir por la falta de apoyo del rey Alfonso XIII .
Andrés Saborit Colomer , miembro del Comité de Huelga. Fue detenido y condenado a cadena perpetua. Fue indultado tras elegido diputado por el PSOE en las elecciones generales del año siguiente .
Caricatura de Eduardo Dato publicada en La Campana de Gràcia de Barcelona tras la crisis del verano de 1917 , titulada "La muerte política del Sr. Dato". El pie dice: "De esta sí que no te escapas, Eduardito".
Antonio Maura presidente del "Gobierno Nacional" formado en marzo de 1918.
Homenaje a Rafael Casanova en la diada de 1914.
Gobierno presidido por el conde de Romanones , sentado en el centro.
Reunión de versolaris , entre los que se encuentra el célebre Txirrita , en Arrate , Guipúzcoa (1915)
Guardias rojos frente al Instituto Smolny de Petrogrado , centro de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, que tuvo un enorme impacto en el movimiento obrero de todo el mundo.
Cuadro de Asterio Mañanós Martínez sobre la apertura de las Cortes en 1919 que recoge la entrada de los reyes en el Palacio del Senado donde les recibe el presidente del gobierno Antonio Maura .
Parte posterior del coche en el que fue asesinado Eduardo Dato y en la que se observan los orificios de las balas.
Manuel Fernández Silvestre , general de las tropas españolas en el desastre de Annual .
Cadáveres encontrados en Annual .
Jefes y oficiales españoles tras ser liberados después de las negociaciones que mantuvo el gobierno de García Prieto con Abd el-Krim y que un sector del ejército español calificó de «indignas».