Migración de las aves

[10]​ Gansos Anser indicus han sido vistos volando sobre los picos más altos de los Himalayas sobre 8000 m, incluso cuando había cerca pasos más bajos de 3000 m.[11]​ Las aves marinas vuelan bajo sobre el agua pero ganan altura cuando cruzan sobre tierra y un patrón inverso se ve en las aves terrestres.

Por ejemplo, Anser brachyrhynchus (ganso de pico corto) migra desde Islandia a Gran Bretaña y países vecinos.

Algunos patos, como Anas querquedula (cerceta carretota), se mueven completamente o parcialmente a los trópicos.

Esto le da a las migradoras una oportunidad de reabastecerse para el próximo tramo del viaje.

Algunos especímenes de Limosa lapponica (becasina o aguja colipinta) tienen el récord del vuelo sin paradas más largo registrado para un ave migratoria, vuelan 11 000 km desde Alaska hasta sus áreas de estación no reproductiva en Nueva Zelanda.

[18]​[19]​ Antes de la migración, el 55 % del peso corporal es grasa acumulada para dar energía a este viaje ininterrumpido.

Algunas, como Cepphus grylle (arao de alas blancas) y algunas gaviotas son bastante sedentarias, otras, como la mayoría de los charranes y alcas que crían en zonas templadas del hemisferio norte, se trasladan distancias variables al sur durante el invierno.

Las especies más pelágicas, principalmente Procellariiformes, son grandes vagabundas, y los albatros de los océanos australes pueden circunvolar el globo durante la estación no reproductiva.

Muchas están también entre las migrantes a mayores distancias; Puffinus griseus (pardela o pamperito oscuro) que anidan en las Islas Malvinas migran 14 000 km entre la colonia de cría y el norte del océano Atlántico costa afuera de Noruega.

Las aves migratorias de estos grupos tienen gran dificultad para cruzar grandes masas de agua, dado que las columnas termales solo se forman sobre la tierra, y estas aves no pueden mantener el vuelo activo por largas distancias.

Las especies más comunes, como Pernis apivorus (halcón abejero), se pueden contar por cientos de miles en otoño.

Sin embargo muchas especies se mueven distancias más cortas, pero lo hacen solo en respuesta a condiciones climáticas difíciles.

Especies como Fringilla coelebs (pinzón vulgar) no son migratorias en Gran Bretaña, pero se moverán al sur o a Irlanda si el tiempo es muy frío.

Muchas regiones tropicales tienen estaciones lluviosas y secas, los monzones de la India son quizá el ejemplo más conocido.

Un ejemplo es Cuculus poliocephalus (cuco o cuclillo menor), que cría en la India y pasa la estación no reproductiva en África.

Bombycilla garrulus (ampelis europeo), Carduelis spinus (lúgano), y Loxia curvirostra (piquituerto común) son especies que muestran esta variación impredecible en su número anualmente.

Segundo, al menos para aves terrestres, las regiones climáticas tienden a desvanecerse una en la otra en grandes distancias en vez de estar enteramente separadas: esto significa que en vez de hacer un largo viaje sobre un hábitat no apropiado para alcanzar un destino en particular, las especies migratorias usualmente pueden trasladarse pausada y relajadamente, alimentándose a medida que avanzan.

De hecho muchas especies si crían en zonas templadas del sur e invernan más al norte en los trópicos.

En África, Hirundo cucullata (golondrina cabecirrufa o franjeada grande), y en Australia, Myiagra cyanoleuca (papamoscas satinado), Eurystomus orientalis (carraca verde dólar) y Merops ornatus (abejaruco arcoíris) por ejemplo, invernan muy al norte de su región de cría.

La habilidad para navegar y orientarse independientemente durante las migraciones es un fenómeno mucho más complejo que puede incluir tanto programas endógenos como aprendizaje.

[22]​[23]​ Introducción: La base fisiológica de la migración incluye procesos endógenos, provocados por estímulos externos, recibidos por el sistema nervioso central (SNC).

(Gwinner 1986;Ketterson and Nolan1990;Healy et al.1996;Birgman1998) Como ``mensajeros´´ del proceso se encuentran las hormonas neuroendocrinas y endocrinas secretadas vía hipotálamo-hipófisis.

Las grasas son el principal combustible en este proceso, se acumulan sobre todo en el tejido adiposo, en los músculos y en órganos internos (George and Berger 1966).

En función de la distancia a recorrer durante la migración el ave acumula más o menos reservas.

Las grasas, además de aportar energía para los músculos, ayudan a la termorregulación del ave durante el proceso.

Recurrir al sol para hallar la ruta involucra hacer compensaciones en el cambio de su posición basadas en la hora del día.

Un ave joven en su primer vuelo migratorio toma la dirección correcta de acuerdo con el campo geomagnético pero no conoce cuan lejos debe volar.

En este punto el ave actúa como un niño explorador con brújula pero sin mapa, hasta que va acostumbrándose a la travesía y puede poner sus otras habilidades en uso.

[29]​ Investigaciones más recientes han hallado una conexión neuronal entre el ojo y el "agrupamiento N", la parte del cerebro anterior que está activa durante la orientación migratoria, sugiriendo que las aves pueden realmente ser capaces de "ver" el campo magnético de la Tierra.

Un mecanismo que puede originar grandes rarezas, al ocurrir que aves jóvenes vuelven atrás como vagabundos por cientos de kilómetros fuera de su rango se denomina migración revertida, en ellas falla la ejecución apropiada del programa genético.

Una bandada de gansos Branta leucopsis (barnacla de cara blanca) durante la migración de otoño.
Algunas rutas migratorias, código de colores: celeste, Oenanthe oenanthe ; rojo, Sterna paradisaea ; verde, Falco amurensis ; azul, Puffinus tenuirostris ; amarillo, Philomachus pugnax ; rosado, Buteo swainsoni .
Catharus ustulatus , tordo de espalda olivada.
Anas acuta , ánade rabudo o pato pescuecilargo.
Limosa lapponica , becasina o aguja colipinta.
Sterna paradisaea , charrán ártico.
Un buitre leonado ( Gyps fulvus ) planeando.
Archilochus colubris , colibrí de garganta roja.
Bombycilla cedrorum , ampelis o picotero del cedro.
Halcyon senegalensis , martín pescador arbóreo.
Merops ornatus , abejaruco australiano.
Las rutas de especímenes de Limosa lapponica (becasina o aguja colipinta) marcados por satélite en su migración al norte desde Nueva Zelanda. Esta especie tiene la migración sin paradas más larga que se haya registrado, alcanzando los 10 200 km.