Diomedeidae

Los grandes albatros (género Diomedea) tienen la mayor envergadura alar de cualquier especie existente en la actualidad.

Se distribuyen tradicionalmente en cuatro géneros, aunque existe desacuerdo en cuanto al número de especies.

Los albatros se mueven de forma muy eficiente en el aire y, utilizando el planeo dinámico, cubren grandes distancias con poco esfuerzo.

En idioma español el término albatros, nombre común que se aplica a los miembros de la familia Diomedeidae, proviene del inglés albatross.

El nombre del orden Procellariiformes proviene de la palabra latina procella, que significa «viento violento» o «tormenta».

[10]​ Basándose en las conclusiones en torno a la definición de los géneros, Robertson y Nunn propusieron en 1998 una clasificación taxonómica con 24 especies diferentes,[7]​ en contraste con las 14 aceptadas por entonces.

Esta taxonomía interina ascendió muchas subespecies al rango de especie, pero fue muy criticada por no usar, en cada caso, información sometida a una revisión por pares que justificara las divisiones.

[11]​ Muchos organismos, incluida la UICN, y diversos investigadores, aceptan la clasificación taxonómica interina de 22 especies, aunque no exista unanimidad científica en cuanto a ésta; en 2004, Penhallurick y Wink sugirieron que el número de especies fuera reducido a 13 (incluida la fusión del albatros de Ámsterdam (Diomedea amsterdamensis) con el albatros errante),[12]​ pero el estudio fue particularmente controvertido.

[10]​[13]​ Existe un acuerdo generalizado sobre la necesidad de realizar investigaciones adicionales para clarificar la cuestión.

Los estudios moleculares apuntan a que los paíños fueron los primeros en divergir del linaje ancestral, seguidos por los albatros, con los proceláridos y los pelecanoides separándose más tarde.

Similar a este último sería Tydea, del Oligoceno temprano (Rupeliense) de Bélgica.

Fósiles semejantes encontrados en el Hemisferio Sur llevan a datar la separación entre Thalassarche y Phoebetria 10 millones de años atrás.

[6]​ Su registro fósil en el Hemisferio Norte es más completo que en el Hemisferio Sur, y muchas formas fósiles de albatros se han encontrado en el Atlántico Norte, lugar en el que actualmente no viven estas aves.

[16]​ A continuación se relacionan las incluidas por la UICN:[17]​ Las especies de los géneros Thalassarche y Phoebastria a veces se sitúan en el género Diomedea, por lo que, por ejemplo, podemos encontrarnos con «Diomedea melanophrys» en lugar de Thalassarche melanophrys.

Su pico es grande, fuerte y aguzado, con el maxilar superior que termina en un gran gancho.

El pico está compuesto por varias placas córneas (ranfotecas) y lateralmente presenta dos narinas con forma de tubos que acompañan las caras laterales del pico, por donde expulsan la sal (y que dieron lugar al antiguo nombre del orden Procellariformes: Tubinares).

Estos tubos permiten que tengan un sentido del olfato especialmente desarrollado, algo raro entre las aves.

Como los demás Procellariiformes, utilizan esta capacidad olfativa para localizar potenciales fuentes de alimento.

En el vuelo de talud, el albatros aprovecha las corrientes ascendentes producidas por el viento al encontrar un obstáculo (talud o colina) y se sitúa cara al viento, ganando altitud y deslizándose a continuación hacia la superficie del océano.

[15]​ Ocasionalmente se han avistado algunas especies meridionales divagantes en el Atlántico Norte, permaneciendo exiliadas en la zona durante décadas.

[27]​ Hasta hace poco tiempo se creía que los albatros eran predominantemente recolectores de superficie, nadando paralelos al agua y capturando los calamares y peces llevados a la superficie por las corrientes, los predadores o debido a su muerte.

Los albatros son muy filopátricos, esto es, que generalmente volverán a su colonia natal para reproducirse.

[31]​ Como muchas otras aves marinas, los albatros siguen la estrategia de la K en su ciclo vital, es decir, una baja natalidad, compensada por una longevidad relativamente alta, retrasan el momento de procrear e invierten más esfuerzo en menos crías.

Alcanzan tarde la madurez sexual, tras aproximadamente cinco años, pero incluso una vez que han alcanzado la madurez, no se unirán a una pareja para reproducirse durante mucho tiempo (hasta más de 10 años en algunas especies) y establecen una relación monógama durante toda su vida.

[35]​ Cuando un albatros vuelve por primera vez a la colonia, baila con muchos compañeros, pero después de varios años el número de aves con que se relaciona va decayendo, hasta escoger un solo compañero y siguen perfeccionando un lenguaje individual, que terminará siendo único para esa pareja.

Incluso las especies que pueden completar un ciclo reproductivo en menos de un año, raramente efectúan puestas en años consecutivos.

[6]​ Todos los albatros meridionales construyen grandes nidos para sus huevos, utilizando hierba, arbustos, tierra, turba y hasta plumas de pingüino,[36]​ mientras que las tres especies del Pacífico Norte construyen nidos más rudimentarios.

Por su parte, el albatros de las Galápagos, no construye un nido e incluso traslada su huevo a lo largo del territorio de cría, a veces hasta 50 m, lo que en ocasiones provoca la pérdida del huevo.

[37]​ En todas las especies de albatros, ambos padres incuban el huevo en períodos que duran entre un día y tres semanas.

Este aceite se crea en un órgano del estómago con el que cuentan la mayor parte de Procellariiformes (conocido como proventrículo) a base de piezas capturadas digeridas y que les confiere su distintivo olor a moho.

Relación filogenética de los 4 géneros de albatros, basada en Nunn et al . 1996.
Colonia de albatros de Laysan ( Phoebastria immutabilis ). Fotografía de L. W. Rothschild .
Diomedea exulans (albatros errante).
Thalassarche chlororhynchos (albatros pico fino).
Al contrario de la mayoría de los Procellariiformes, los albatros, como este albatros patinegro ( Phoebastria nigripes ), pueden desplazarse con facilidad en el suelo.
El despegue es uno de los pocos momentos en el que los albatros necesitan batir las alas para volar, así como la fase más exigente en términos energéticos de los vuelos efectuados por estas aves.
Distribución de los albatros en todo el mundo.
Los albatros se distribuyen por grandes áreas oceánicas y efectúan regularmente viajes circumpolares.
Los albatros tiznados ( Phoebetria palpebrata ) se sumergen unos 5 m de media para alimentarse, aunque pueden alcanzar los 12 m de profundidad.
Uno de los movimientos del ritual de apareamiento del albatros de Laysan ( Phoebastria immutabilis ) es esta posición con el cuello y el pico hacia arriba.
Los albatros cuidan y protegen a sus crías hasta que son lo bastante grandes como para defenderse y termorregularse por sí mismas.
Las crías ganarán bastante peso como para igualar a sus progenitores.
Un albatros es el eje central del poema de Samuel Taylor Coleridge Balada del viejo marinero . Ilustración de Gustave Doré .
Albatros de ceja negra enganchado en el sedal de un palangre .
Los restos de esta cría de albatros de Laysan muestran los restos de plásticos que ingirió antes de su muerte.