Los animales que tienen métodos de alimentación extraordinariamente especializados a menudo son afectados por cleptoparasitismo.
La diferencia es que el término "parásito de puesta" es restringido generalmente a los casos donde el parásito inmaduro es alimentado directamente por el adulto hospedero,[2] y criado como si fuera un descendiente del hospedero (como es común en las aves).
Tales casos son virtualmente desconocidos en abejas y avispas, las que tienden a proveer todo el alimento para la larva antes de poner el huevo.
Solo en unos pocos casos excepcionales (como en los abejorros parásitos) va una abeja o una avispa a alimentar activamente una larva que no es de su propia especie.
[4] Especies del género Liohippelates ovopositan en los nidos de avispas que anidan en el suelo (Stictia).
Arañas cleptoparásitas, que roban o se alimentan de las presas capturadas por otras arañas, se conocen en cuatro familias: El cleptoparasitismo es relativamente poco común en las aves; la mayoría de las especies no practican esta piratería.
[10] Entre las aves paseriformes, existen menos ejemplos conocidos de cleptoparasitismo, aunque alcaudones enmascarados han sido vistos robar comida de collalbas,[11] y mirlos comunes han sido vistos robar caracoles quebrados a otros zorzales.
[12] Un estudio sobre el rabihorcado magnífico sugiere que la cantidad de comida obtenida por cleptoparasitismo puede ser marginal.
Mientras la víctima es a menudo otro miembro de la misma especie, otras gaviotas (principalmente más pequeñas) y charranes son también atacados.
Dentro del orden carnivora, todas las especies de hienas se involucran en este comportamiento cuando les es posible.