Son animales sociales y los estudios sugieren que tanto los machos como las hembras permanecen toda su vida en grupos familiares matrilineales, una característica poco observada entre los mamíferos y solo documentada en algunas comunidades de orcas.
Los calderones son conocidos por sus varamientos masivos, siendo unos de los cetáceos que lo hace con mayor frecuencia.
Por la forma del esqueleto, dedujo que este animal poseía un hocico largo.
[5] Otra especie extinta, Globicephala eturia, se descubrió en estratos provenientes del Plioceno en Toscana, Italia.
Las especies vivientes más emparentadas con los calderones son el delfín de cabeza de melón (Peponocephala electra), la orca pigmea (Feresa attenuata), la falsa orca (Pseudorca crassidens) y el delfín gris (Grampus griseus).
[5][6] También en inglés se les llama pothead whales (ballenas cabeza de olla) y blackfish (pez negro).
[6] Los machos del calderón común desarrollan un melón más grande y bulboso que en las hembras;[6] sin embargo, esta característica no parece presentarse en los calderones tropicales de la costa pacífica japonesa.
[7] Las diferencias entre las dos especies son sutiles y en las zonas en donde su rango de distribución converge es difícil diferenciarlas.
[6] En consecuencia, el método más fiable para distinguir las dos especies siguen siendo las características del cráneo.
Las hembras adultas llegan a los 5,5 metros, mientras los machos alcanzan 7,2 m y puede pesar hasta 3200 kg.
El grupo más grande se distribuye en una banda circumpolar en el océano Antártico de los 20° S a los 65° S. Puede ser avistado en las costas de Chile, Argentina, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda,[11] y se estima que su población excede los 200 000 individuos.
[5] Existen unos 150 000 individuos en el Pacífico oriental tropical y se estima en más de 30 000 animales, la población del Pacífico occidental; situadas en aguas aledañas a las costas de Japón.
[13] Los calderones por lo general son nómadas, pero existen poblaciones residentes en algunos sitios como la costa de California, Hawái y las islas Canarias.
[11] Los calderones realizan movimientos estacionales entre las aguas costeras y mar abierto, siguiendo la distribución de sus presas favoritas.
En el calderón común, se ha documentado que estas se prolongan por más de diez minutos y alcanzan profundidades de hasta 600 metros, pero normalmente lo hacen entre los 30 y 60 metros.
Durante estas inmersiones, con frecuencia se registran rápidas aceleraciones para capturar presas veloces como los calamares.
[6] También pueden ser hospederos de varias bacterias y virus patógenos como Streptococcus, Pseudomonas, Escherichia, Staphylococcus e influenza.
Estas congregaciones sirven para intercambiar individuos entre los grupos y proporciona una oportunidad de aparearse.
[6] También es factible que sea una medida de protección al juntarse bajo ciertas circunstancias.
[19] No existe evidencia que indique la existencia de machos reproductivos dominantes o competencia por el acceso a las hembras.
[22] En los grupos forrajeadores, en ocasiones existe movimiento organizado en una dirección determinada, pero cada individuo tiende a estar distanciado uno de otro.
[5] En el calderón tropical las crías al nacer tienen de 1,4 a 1,85 metros y pesan en promedio 55 kg.
[28] En un estudio realizado en calderones comunes del Atlántico Norte, algunas vocalizaciones se emitían en relación con determinados comportamientos.
A causa de sus estrechos vínculos sociales, un grupo completo puede vararse en un momento dado.
[36] En el hemisferio Sur, la explotación comercial del calderón común ha sido esporádica y escasa.
[36] Actualmente, los calderones comunes son objeto de caza solamente en islas Feroe y Groenlandia.
[34] Al calderón tropical también se lo ha cazado por espacio de varios siglos, principalmente por balleneros japoneses.
[43][44] En Japón, donde la carne de los calderones se ofrece en algunos restaurantes y izakayas, a veces se sirve cruda, como sashimi, pero con frecuencia son fileteados, condimentados, cortados en pequeños trozos y asados a la parrilla.
[43][44][45] Tanto en Japón como en las islas Feroe, la carne se encuentra contaminada con mercurio y cadmio, lo cual constituye un riesgo para la salud de los comensales habituales, especialmente para las mujeres en gestación y los niños.
Desde 1973, en las costas de Nueva Inglaterra, se han capturado calderones y mantenidos temporalmente en cautiverio.