Argumento cosmológico Kalām

Sin embargo, el propio Aristóteles no creía en un universo temporalmente finito y su argumento se refiere a causas simultáneamente existentes.Craig llamó a esta variante del argumento cosmológico como argumento cosmológico de la kalam, por la teología «ilm al-kalām» (‘ciencia del discurso’), el término árabe para la disciplina de la teología filosófica en el islam.Craig además sostiene que el argumento cosmológico de la kalam implica un compromiso con la teoría A del tiempo o presentismo.[5]​ Recientemente se han formulado nuevas versiones del argumento cosmológico de la kalam que no implican el finitismo temporal o la inexistencia de infinitos reales por filósofos como Alexander Pruss.[8]​[9]​ El argumento cosmológico de la kalam se basa en el concepto del primer motor, introducido por Aristóteles, e inserto en la filosofía cristiana y la neoplatónica temprana en la Antigüedad tardía, siendo desarrollado por Juan Filópono.Su principal contribución es el argumento cosmológico (Dalil al-Huduth) para la existencia de Dios, en su obra Sobre la Primera Filosofía.[20]​[21]​Entre los siglos IX y XII, el argumento cosmológico se desarrolló como un concepto dentro de la teología islámica.[22]​ Alcanzó la filosofía cristiana medieval en el siglo XIII, y fue discutido por Buenaventura de Fidanza, así como por Tomás de Aquino en su Summa Theologiae (I, q.2, a.3) y su Summa contra Gentiles (I, 13).Sin embargo, esta objeción filosófica de un pasado infinito no ha sido aceptada por todos los creyentes cristianos.Craig establece el argumento cosmológico de la kalam como un breve silogismo, más comúnmente reproducido como sigue:[26]​Craig A partir de la conclusión del silogismo inicial, añade una premisa y una conclusión adicionales basadas en el análisis ontológico de las propiedades de la causa:[27]​Refiriéndose a las implicaciones del teísmo clásico que siguen a este argumento, Craig escribe: [...] trascendiendo el universo entero existe una causa que llevó al universo a ser ex nihilo [...] todo nuestro universo fue causado a existir por algo más allá de él y mayor que él.[29]​En nuevas formulaciones del argumento, Craig presenta el argumento de la siguiente forma:[30]​ Craig aclara las definiciones de los siguientes términos del argumento: Las condiciones para que una cosa (E) comience a existir en un momento específico (T) son si y solo si:[31]​ Generalmente Craig define causa como algo que produce un efecto, que según las distinción aristotélica puede ser una causa material o eficiente.[38]​ Graham Oppy, J. L. Mackie y Wes Morriston se han opuesto a la intuición de la primera premisa.Por otra parte, arguye que el Principio Causal no puede ser extrapolado al universo desde la experiencia inductiva.[47]​ Wes Morriston criticó las apelaciones de Craig a la intuicón del principio causal.Al reflexionar este principio en el comienzo del universo, Morriston admite no tener "intuiciones acerca de qué principios causales tendrían que valer en una situación tan alejada de la vida cotidiana".También hay alguna tesis defendidas en el argumento que no parecen ser intuitivas, por ejemplo la creación de la nada, que "es al menos tan contraria a la intuición como empezar a existir sin una causa" (ver: Argumentum ad lapidem).[54]​ Quentin Smith, Michael Martin y Adolf Grünbaum argumentaron que la singularidad del Big Bang no puede ser el efecto de ninguna causa pues no hay ningún instante previo en el punto inicial t = 0.[59]​ En su libro A Universe from Nothing: Why There is Something Rather Than Nothing, el cosmólogo Lawrence Krauss ha propuesto cómo la mecánica cuántica puede explicar cómo el espacio-tiempo y la materia pueden surgir de «nada» (refiriéndose al vacío cuántico).Por lo tanto, si la gravedad de Einstein requiere alguna modificación, nuestra conclusión se mantendrá.Más adelante Carroll, quien conoce a Alan Guth, muestra una cita de él declarando que no sabe si el universo tuvo un comienzo y es posible que sea eterno, pero nadie lo sabe.[76]​Arnold T. Guminski afirma que el concepto del infinito es matemáticamente y lógicamente consistente dentro de la teoría de conjuntos y es posible aplicar al mundo real sin generar absurdos contrarios a la intuición.[82]​ Por otro lado, algunos atributos divinos de Dios (omnipotencia y omnisciencia) o entidades abstractos (objetos matemáticos) también pueden ser infinitos reales.[83]​[84]​ James Fordor sostuvo que los experimentos mentales de Craig solo prueban al menos que un infinito en acto es absurdo en casos particulares (como en un hotel infinitamente grande) pero no el concepto mismo.[85]​ Alex Malpass y Wes Morrison argumentaron de forma corolaria que si una serie infinita en un pasado eterno es imposible, entonces una serie infinita en un futuro eterno, como en el paraíso cristiano, también lo sería.[88]​Martin también afirma que Craig no ha justificado su afirmación de la creación «ex nihilo», señalando que el universo puede haber sido creado a partir de material preexistente en un estado atemporal o eterno.[89]​ En la subsecuente Blackwell Companion to Natural Theology, publicada en 2009, Craig discute las propiedades de la causa del universo, explicando cómo se siguen por vinculación con el silogismo inicial del argumento cosmológico de la kalam:[90]​ Craig concluye que la causa de la existencia del universo es un «Creador personal no causado [...] que sin él, universo es sin comienzo; inmutable; inmaterial; atemporal; no-espacial y enormemente poderoso»; comentando las implicaciones teológicas de esta unión de propiedades, Craig infiere que la primera causa sea una persona con libre albedrío (libertarismo) porque explica cómo una causa atemporal puede producir un efecto temporal: «Su acto libre de creación es un evento temporal simultáneo con el nacimiento del universo.Por otro lado, la creación es un concepto temporal integrado en la definición misma de «crear», como en «comenzar a existir».En una teoría B del tiempo, el universo en realidad no llega a ser o se vuelve real en el big bang; simplemente existe atemporalmente como un bloque espacio-temporal de cuatro dimensiones que está finitamente extendido en la dirección anterior.En cuanto a la sexta premisa: Sin embargo, no tendré mucho que decir sobre (6) y la identificación de Dios con la primera causa.Uno podría desplegar más argumentos de diseño para argumentar que la causa última probablemente sea un agente movido por buenas razones [...] Me gustaría que este artículo fuera una invitación para que un ateo se tome en serio el finitismo causal y, por lo tanto, se tome en serio la existencia de una causa última no causada, quizás plural, y luego unirse en una investigación común de cómo es probable que sea esta causa última sin causa.Este argumento ha sido defendido y/o reformulado por filósofos como Robert Koons,[107]​ Jacobus Erasmus,[108]​ y Benjamin Victor Waters.