Sistema Ibérico

Continúan luego, ahora en dirección sureste, las pequeñas sierras de Almuerzo y Madero, en Soria, que enlazan con la sierra del Moncayo, donde se encuentra la máxima cumbre de todo el sistema Ibérico, con 2315 m. En la zona central se abre la denominada Depresión Ibérica, cuyo sector más definido corresponde a la fosa Calatayud-Teruel.

Las últimas estribaciones son Peñagolosa (1813 m), que enlaza con Javalambre, Espina, Espadán y Sabinar.

Geológicamente el sistema ibérico está constituido por una cobertera de materiales mesozoicos, que va del Triásico al Cretácico, depositados sobre el zócalo paleozoico y estructurado por el plegamiento alpino.

rotundifolia), ocupado por campos de labor, el marojo, melojo o rebollo (Quercus pyrenaica) forma extensos bosques acompañado de quejigos (Quercus faginea), abedules (Betula pendula), avellanos (Corylus avellana), gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) y brezos, aquí Erica vagans alcanza su límite suroriental.

El haya (Fagus sylvatica), de forma potencial, se superpone al piso del marojal, con un sotobosque de acebo (Ilex aquifolium), brezos (Erica arborea, Erica vagans, Calluna vulgaris), abedules (Betula pendula) y diversos helechos (Pteridium aquilinum, Polypodium vulgare, etc.).

Las humedades atlánticas alcanzan el Moncayo, donde se desenvuelve la última[aclaración requerida] masa de Fagus sylvatica.

Se extiende por todo el Sistema Ibérico, aunque en Soria (tiene sus mayores poblaciones y el bosque más singular (Calatañazor).

Las turberas, son grandes masas almohadilladas de plantas del género Sphagnum que se han adaptado a estos suelos oxihúmicos.

Diversos musgos del género Polytrichum, fanerógamas como la tormentilla (Potentilla erecta), la grasilla (Pinguicula vulgaris) o el arándano (Vaccinium myrtillus) constituyen la vegetación de estas turberas.

Diversas águilas, real (Aquila chrysaetos), perdicera (Aquila fasciata), calzada (Hieraaetus pennatus) y culebrera (Circaetus gallicus), junto con otras rapaces tanto diurnas como nocturnas, tales como milano real (Milvus milvus), milano negro (Milvus migrans), ratonero (Buteo buteo), alcotán (Falco subbuteo), cernícalo (Falco tinnunculus), halcón peregrino (Falco peregrinus), búho real (Bubo bubo), búho chico (Asio otus), lechuza campestre (Asio flammeus), autillo (Otus scops), mochuelo (Athene noctua) y cárabo (Strix aluco), pueden verse con relativa facilidad en un recorrido de tan solo unos pocos kilómetros.

Roqueros, colirrojos, petirrojos, mirlos, zorzales, trepadores, agateadores, fringílidos o córvidos, aviones, palomas, cucos, etc., cada uno ligado a unas condiciones determinadas, incrementaría la lista.

Están presentes los micromamíferos, con numerosas especies de roedores, insectívoros y quirópteros, y los de mayor tamaño, como el abundante jabalí (Sus scrofa), la garduña (Martes foina), el gato montés (Felis sylvestris), el zorro (Vulpes vulpes), el lobo (Canis lupus) o el tejón (Meles meles).

La larga lista de insectos que pueblan estas montañas hace necesario un estudio entomológico aparte.

Subida al pico Urbión
El Moncayo.
Picos de Urbión
Vista de la sierra de la Demanda , con predominio del pinar.
Vista del Moncayo