Para su protección, en 1988 se declaró la Reserva natural de las Islas Columbretes, y en 1995 se sumó su entorno como Reserva marina de las Islas Columbretes.
Escritores como Estrabón o Plinio el Viejo citaron la asombrosa cantidad de serpientes que las habitaban.
Las islas deben su nombre actual a "Coluber", la palabra latina para "serpiente".
Se encuentra en el lugar de un antiguo cráter volcánico y muestra un patrón semicircular distintivo.
Los únicos edificios en él son: un faro del siglo XIX, un embarcadero y unas instalaciones construidas para los biólogos y demás trabajadores de la Reserva Natural de vida salvaje.