Virginia Woolf

Sus obras más famosas incluyen las novelas La señora Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando: una biografía (1928), Las olas (1931), y su breve ensayo Una habitación propia (1929), con su famosa frase «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción».

Su padre era el novelista, historiador, ensayista, biógrafo y montañero sir Leslie Stephen.

La joven Virginia fue educada por sus padres en su literario y relacionado hogar del número 22 de Hyde Park Gate, Kensington.

Asiduos visitantes al domicilio de los Stephen fueron, por ejemplo, Alfred Tennyson, Thomas Hardy, Henry James y Edward Burne-Jones.

Recuerdos de esas vacaciones familiares e impresiones del paisaje (especialmente del faro de Godrevy) impregnaron la ficción que Woolf escribió en años posteriores, principalmente en Al faro.

La muerte de su padre por cáncer en 1904 provocó un ataque alarmante en ella, por lo que fue brevemente ingresada.

Su biógrafa Hermione Lee escribió que: «Las pruebas son suficientes, pero también lo bastante ambiguas como para posibilitar interpretaciones psicobiográficas contradictorias, que presentan imágenes completamente diferentes de la vida interior de Virginia Woolf».

Y, aunque esta inestabilidad a menudo influyó en su vida social, su productividad literaria continuó con pocas interrupciones hasta su suicidio.

[13]​ Tras estudiar en el King's College de Cambridge y en el King's College de Londres, Woolf conoció a Lytton Strachey, Clive Bell, Rupert Brooke, Saxon Sydney-Turner, Duncan Grant y Leonard Woolf.

Dentro de este grupo hubo intensas relaciones intelectuales, pero también emotivas y personales.

En 1912, cuando contaba treinta años, se casó con el escritor Leonard Woolf, economista y miembro también del grupo de Bloomsbury.

Los dos colaboraron también profesionalmente, fundando juntos en 1917 la célebre editorial Hogarth Press, que editó la obra de la propia Virginia y la de otros relevantes escritores, como Katherine Mansfield, T. S. Eliot, Sigmund Freud, Laurens van der Post y otros.

[16]​ [17]​En 1928, Woolf regaló a Sackville-West la obra Orlando, una biografía fantástica en la que la vida del héroe epónimo abarca tres siglos y ambos sexos.

Virginia Woolf también permaneció estrechamente relacionada con sus hermanos supervivientes: Adrián y Vanessa; Thoby había muerto de tifus a los veintiséis años.

En esta novela, como en Noche y día, la escritora ya se muestra dispuesta a romper los esquemas narrativos precedentes, pero apenas mereció consideración por parte de la crítica.

Solo tras la publicación de La señora Dalloway y Al faro los críticos comenzaron a elogiar su originalidad literaria.

En estas obras llaman ya la atención la maestría técnica y el afán experimental de la autora, quien introducía además en la prosa novelística un estilo y unas imágenes hasta entonces más propios de la poesía.

Desaparecidas la acción y la intriga, sus narraciones se esfuerzan por captar la vida cambiante e inasible de la conciencia.

[13]​ Se distingue del resto de las novelas al intentar representar a una persona real, hacer «una biografía», como dice el subtítulo.

Este antisemitismo se saca del hecho de que ella a menudo escribió sobre personajes judíos con arquetipos y generalizaciones estereotipadas.

[25]​ El creciente antisemitismo de los años veinte y treinta tuvo una influencia inevitable en Virginia Woolf.

En otra carta a su querida amiga Ethel Smyth, Virginia da una mordaz denuncia del cristianismo, apuntando a su «egotismo» con pretensiones de superioridad moral y afirmando que: «Mi judío tiene más religión en la uña de un pie —más amor humano, en un pelo—».

En su nota suicida dirigida a su marido, escribió: Recientemente, los estudios sobre Virginia Woolf se han centrado en temas feministas y lésbicos en su obra, como en la colección de 1997 o ensayos críticos, Virginia Woolf: Lesbian Readings, edición de Eileen Barrett y Patricia Cramer.

Relatos del supuesto antisemitismo de Virginia (Leonard fue un judío secular) no solo se toman en su contexto histórico sino gravemente exagerados.

En 2001 Louise DeSalvo y Mitchell A. Leaska editaron The letters of Vita Sackville-West and Virginia Woolf.

Leslie Stephen , padre de Virginia (hacia 1860).
Julia Stephen con Virginia (1884).
Los « Dreadnought Hoaxers» con toda la parafernalia abisinia ; de izquierda a derecha: Virginia Woolf, Duncan Grant , Horace de Vere Cole , Adrian Stephen, Antony Buxton y Guy Ridley.
Virginia Woolf habla sobre la artesanía (en inglés).
Virginia en 1939.
Retrato abstracto, homenaje a Virginia Woolf
Virginia Woolf con el escritor inglés Lytton Strachey, miembro del Círculo de Bloomsbury.