[6] Tighe le recomienda a sabiendas, ya que Patrick supervisó la educación de sus hijos durante cuatro años.
[20] Para los Brontë, el Papa es considerado como Satanás en persona, y Charlotte en particular, tuvo en los "papistas" una verdadera fijación.
Por ejemplo no se acostaba jamás sin sus dos pistolas - cuyos cargadores al despertarse vacíaba, por precaución, sobre el campanario de la iglesia, donde los impactos siguen siendo visibles.
[29] Patrick Brontë no puede desposar a la bella hermana de su mujer Elizabeth, aun cuando los dos lo hubieran deseado, porque la moral del siglo XIX consideraba esta unión como incestuosa.
A menudo se encuentra encerrado en su oficina, donde come, concentrado en su Biblia y su Book of Prayers (libro de plegarias).
[37] Devota metodista, escribe un tratado, The Advantages of Poverty in Religious Concerns ("Los beneficios de la pobreza en la conducta religiosa"), que nunca fue publicado.
Confecciona y hace bordar unos abecedarios por sus hijos (samplers) que están expuestos en el Brontë Parsonage Museum.
"Recostados con los pies contra la cabeza, nos levantamos antes del amanecer; y después de un rápido baño frío en una tina para seis personas a la vez, transformada en el hielo que cae durante una hora y media, precede a las oraciones matutinas, un pequeño desayuno de avena, que con frecuencia se encuentra quemado.
Habiendo sufrido durante dos décadas los malos tratos infligidos a sus hermanas, ella podría tener, de forma inconsciente, exageraciones, o incluso llegar a inventar: la prueba de sus intenciones existió, pero se ve socavada por un testimonio concreto que Charlotte no cuenta.
Según Gaskell, su interlocutora, no identificada, "hablaba como si ella viera la escena y su rostro ardía de una indignación inextinguible".
[70] Escrito en prosa, la saga ofrece pausas en los poemas que expresan estados de ánimo y vacilaciones, a veces abandonados por efusiones líricas.
[76] Charlotte da clases por primera vez, aunque no siempre es amable con sus estudiantes, descripción que deja plasmada en sus cuadernos, y más tarde lo será en Bruselas con mayor mordacidad.
[81] En su pupitre portátil, visible en el Brontë Parsonage Museum, Emily oculta los versos que ella destina, por si acaso los derrota en la saga.
Del mismo modo, en Jane Eyre, el oscuro señor Rochester tiene muchas características parecidas a las de un héroe byroniano.
La diferencia es que ella se resiste, no por los dones sobrenaturales, renuncia debido a la fuerza de su temperamento.
El héroe o la heroína, se encuentra inmersos en un accidente del destino en la pobreza y, después de muchas dificultades, tienen acceso a una felicidad dorada.
[108] Las únicas soluciones posibles son un matrimonio honesto con un buen partido, cosa ellas no están buscando, y dos ocupaciones: maestras de escuelas o como governess (preceptoras).
[111] Charlotte, sin embargo, tiene varias cargos como profesora en la escuela de Miss Wooler en Bruselas y en Heger.
[142] Charlotte escribió cuatro largas cartas, muy personales y ambiguas al señor Heger, que no tienen respuesta.
Robert Southey, una figura destacada del romanticismo, como se ilustra en su tiempo, aunque su fama se desvanecería un poco después,[144] igual que William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, compartía los prejuicios de la época sobre el lugar que debían ocupar las mujeres.
Cuanto más (una mujer) se consagra a los deberes que le incumben, tendrá menos libertad de práctica, incluso teniendo talento o haciéndolo como una diversión.
Charlotte es Currer, Emily es Ellis[N 13] y Anne es Acton,[151] nombres inusuales pero que contienen las iniciales de cada una.
Este autógrafo es el único documento que incluye los nombres de las tres autoras junto con sus seudónimos, uno debajo del otro.
En la obra de Emily, Cumbres Borrascosas, le critican la originalidad fundamental del tema y del relato, también se indignan por la violencia y la aparente inmoralidad, indicando que seguramente la escribió un hombre sin fe ni ley,[159] La reacción del público es bastante neutral respecto de Agnes Grey,[160] pero más halagadora, aunque algunos lo critican como un libro "totalmente desagradable" (thoroughly unpleasant),[161][162] "un ataque a la moral y a las buenas costumbres" emanado de "un depravado".
[173] Su fama también le valió la amistad de Elizabeth Gaskell, con quien realizó varios viajes a Mánchester y permaneció en la casa parroquial.
Comienza así un período turbulento de varios meses, durante los cuales Nicholls, perseguido por la cólera del señor Brontë, abandona sus funciones 185 .
[197] En un intento por hacerse un nombre como pintor, profesión lucrativa si se tienen pedidos de clientes ricos, se trasladó a Londres para estudiar en la Royal Academy of Arts a la que no asistió, prefiriendo dilapidar los pocos días que le quedaban con la cantidad de dinero dada por su padre.
[207] Al fallecer,[208] su padre solo podía repetir "My brilliant boy" ("Mi hijo brillante"), a continuación, Emily, lúcida pero siempre llena de lealtad, escribió que él se encontraba "hopeless" ("sin esperanza").
[222] Emily tenía una personalidad inflexible (ella misma se cauterizó con un hierro candente la mordedura que le produjo su perro Keeper en la mano[223]) secreta.
[226] Después Anne entraría de nuevo como institutriz, esta vez en casa del reverendo Edmund Robinson en Thorp cerca de York, repitiéndose, con las niñas, los mismos problemas que en el anterior desempeño de su labor docente, aunque en esta ocasión, pudo no sólo dominar a sus alumnas Bessy y Mary, sino que consiguió que las niñas le tomaran verdadero afecto y no la olvidaran nunca.