Según el recipiente utilizado y la mayor o menor cantidad servida, se denominan vasos, copas, tazas, cañas, cortos, chatos o txikitos (esta última expresión propia del País Vasco —léase chiquitos—; hay una gran variedad de denominaciones locales).El vino se conservaba en barricas, pellejos, botas, barriles o cántaras, presentes en la misma taberna.Durante este período se exportaba a la Galia más vino español que italiano, como atestiguan las ánforas encontradas en ruinas de asentamientos romanos en Normandía, el valle del Loira, Bretaña, Provenza y Burdeos.La necesidad de abastecer al vasto imperio y sus legiones contribuyó a intensificar el ya notable tráfico comercial que habían alcanzado los vinos españoles.Plinio el Viejo y Marcial constataron la alta calidad de algunos vinos de la Tarraconensis mientras que Ovidio nota que un vino español muy popular vendido en Roma, conocido como Saguntum, solo servía para emborrachar (Ars amatoria 3.645-6).Tras el declive del Imperio romano, Hispania fue invadida por hordas germánicas que destruyeron muchas plantaciones de vid.Bilbao surgió como un gran puerto comercial, a través del cual se introducían vinos españoles en los mercados ingleses de Bristol, Londres y Southampton.En 1625 Lord Wimbledon intentó un nuevo ataque a Cádiz que no tuvo éxito.Un momento decisivo ocurrió a mediados del siglo XIX, cuando la epidemia de la filoxera arrasó los viñedos europeos, en especial los franceses.No fue hasta los años cincuenta del siglo XX cuando la estabilidad doméstica permitió el resurgimiento de la industria vinícola española.Se comienza a comercializar el vino de mesa embotellado mediante las bodegas SAVIN.Con la transición a la democracia aumentó la libertad económica para los vinicultores y surgió un mercado doméstico con la creciente clase media.Los inviernos en estas regiones se caracterizan por temperaturas frías, a menudo bajo cero, hasta los -22 °C.Al norte de Sierra Nevada, en el Valle del Guadalquivir, las temperaturas a menudo alcanzan los 45 °C en verano.[5] Para adaptarse a estas altas temperaturas, los viñedos se plantan en terrenos elevados, con muchas viñas situadas más 650m sobre el nivel del mar.Poseen una calidad, reputación u otras características específicas atribuibles a su origen geográfico.Poseen una calidad, reputación u otras características específicas atribuibles a su origen geográfico.Además, algunos vinos españoles pueden indicar las siguientes menciones tradicionales (reguladas y protegidas por el reglamento (CE) 753/2002):[15] Todas las comunidades autónomas españolas son productoras de vino, aunque casi la mitad de los viñedos se encuentran en Castilla-La Mancha —unas 540 000 ha— siendo ésta la mayor región vinícola del mundo.Un sistema extensamente adoptado es conocido como macro verdadero e implica tener 2,5 m de espacio entre vides en todas las direcciones.Además, muchos viñedos españoles son varias décadas viejos, que producen un menor rendimiento.En 1996, la irrigación fue legalizada en todas las zonas vinícolas, con muchas regiones adoptándose rápidamente a la práctica.Antiguamente, la vendimia se realizaba a primeras horas de la mañana, debido al calor abrasador.La uva más extensamente plantada es la variedad blanca Airén, que era muy apreciada por su vigor y resistencia.La Airén se encuentra sobre todo en la España central y sirvió durante muchos años como la base para el aguardiente español.La uva tinta tempranillo es la segunda variedad más extensamente plantada, eclipsando recientemente a la Garnacha en 2004.Tanto Tempranillo como Garnacha son utilizadas para hacer tintos de mucho cuerpo asociados con el Rioja, Ribera Duero y Penedès.Otras variedades españolas cultivadas de forma significativa incluyen Cariñena, Godello, Graciano, Mencía, Loureira y Treixadura.