Aunque en los últimos años el enoturismo ha conseguido cierta repercusión en España,[1] debido en parte a la dilatada tradición vitivinícola del país y su consolidación dentro de la industria turística, queda todavía un largo camino para que quede totalmente consolidado como nuevo modelo económico dentro de las bodegas y como nuevo modelo turístico en España, al igual que ocurre en otros países del entorno como Francia, Italia o EE.
Hay una serie de aspectos positivos del sector enoturístico en España que puede ser beneficioso y enriquecedor tanto para los turistas que hacen una "escapada" a bodegas vinícolas como por los propios empresarios e instituciones.
También se han desarrollado tratamientos de belleza y salud basados en vinos, denominado vinoterapia.
El enoturismo se enfoca en las zonas donde existe una mayor producción de vino y es una práctica extendida por todo el mundo.
Posteriormente se elaboró durante muchos años, hasta la actualidad vino de mosto concentrado.
Por la falta de frío se debe inducir la brotación con Dormex, e incluso la fructificación es muy baja (50 qq/ha), pero con alta relación hoja/racimo.